𝗧𝗛𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 𝗔𝗧 𝗧𝗛𝗘 𝗕𝗔𝗥
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GABRIELLA despertó exaltada, su piel se erizo al sentir el frío del suelo y sus ojos se achicaron al sentir la luz del sol filtrarse por la ventana. Intento recordar los acontecimientos de la noche pasada pero era en vano. Había tomado demasiado y ahora tenía una resaca que no le ayudaba en nada.
—Mierda —murmuró con voz quedita al verse a ella misma desnuda y encontrar un cuerpo a lado suyo.
Tomo la manta color guinda y cubrió su cuerpo con rapidez dejando expuesto el cuerpo masculino que había estado a su lado al despertar.
—Ah, hola —habló tocando el hombro del hombre con su pie—. Debes irte.
El hombre soltó un gruñido.
—Por favor.
Recogió la ropa del suelo pero hacía falta su pantimedia.
—Creo es tuyo —se tensó al oír la voz del hombre, era grave y demasiado varonil. Tal vez eso le gusto de él en el bar.
Sonrojada le quitó la pantimedia.
—Esto es demasiado vergonzoso —murmuró ella.
— ¿Por qué no me dejas invitarte a desayunar? Es lo menos que podría hacer —alzó las cejas.
—Escucha, mmm...
—Aaron —le dijo abrochandose la camisa blanca.
—Aaron, un placer —fingió una sonrisa—. Es mi primer día de trabajo y no quiero causarle mala impresión a mi jefe. Creo que lo mejor es que te marches.
Lo llevó a la salida.
— ¿Nos volveremos a ver? —preguntó volteando a verla.
—No creo que sea buena idea —hizo una mueca—. Adiós, Aaron.
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Gabriella se adentró al edificio con nerviosismo, de verdad quería ese lugar en el equipo y cuando aceptaron su cambio de la Unidad de Antiterrorismo a la UAC supo que no debía desaprovechar esa oportunidad.
Lo primero que hizo fue llamar al único hombre que ma había apoyado desde que decidio entrar al FBI.
— ¡Ella! —un hombre adulto se acercó para abrazarla.
—Papá —correspondió el abrazo con cariño.
Cuatro pares de ojos les miraban atentamente.
—Chicos les presento a Gabriella Rossi, mi hija —señaló—. Ella, te presento a Derek Morgan, Jennifer Jareau, Spencer Reid y Alex Blake.
— ¡Hola! —saludó—. Un placer, mi padre ha hablado mucho de ustedes.
—La famosa Ella Rossi —Derek se acercó con una sonrisa de lado—. El fruto del tercer matrimonio, ah.
—Alto ahí, hijo —Dave alzó una ceja.
—Oh vamos, Rossi —Derek alzó las manos inocente—. La chica no pasa de la edad de Spence.
—Es un gusto poder conocerte al fin —Jennifer sonrío—. Las últimas semanas hemos estado escuchando de ti.
Gabriella se sonrojo.
—Me alegra conocerlos finalmente y poder trabajar con ustedes.
—Anda, Hotch te espera en su oficina —Rossi le sonrió animandola.
La ojiazul camino hasta la puerta y respiró profundamente antes de tocar suavemente la madera tres veces.
—Adelante.
—Buen día, agente Hotch... oh oh.
Aaron Hotchner alzó la vista sorprendiendose, la chica del bar de ayer, la misma con la que había dormido, estaba justo frente a ella.
— ¿Gabriella Rossi? —preguntó con un ligero miedo.
—S-soy yo —avanzó dejando la carpeta en el escritorio.
Hotch negó, le parecía hilarante esa situación.
—Lo que paso...
—No paso —cortó al instante.
—Bien.
—Bien —sonrió.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos, la puerta fue abierta dejando ver a una hermosa rubia de anteojos. La miro un poco antes de sonreírle.
—Estamos listos, jefe.
El hombre se levantó de su lugar—. Gracias, García.
La mujer salió dejandolos nuevamente solos.
—Bienvenida al equipo, agente Rossi.
—Gracias, agente Hotchner —estrecharon su mano—. Después de usted, jefe.
—No llegaste tarde después de todo, ah —alzó una ceja divertido.
Ella soltó una risita antes de negar divertida, la vida estaba llena de ironías.
“La mejor manera de librarse de la tentación
es caer en ella”
—Oscar Wilde.•°•°°•°•
N/A:
amigueeeesssss, la verdad no sé que onda pero quedo bien corto jsjs
tenganme paciencia xfavor, es la primera vez que escribo historias cortas y alch no sé cuando cortarla o si le sigo xd