Lazos [ Rindou x Souya]

II

Algunos dicen que mantener la calma en momentos de tensión, sufrimiento o miedo son aquellas personas capaces de mantener su espíritu en paz. Sin embargo, los humanos son imperfectos e incapaces de mantener la serenidad por mucho tiempo. Necesitamos expresar sentimientos de alguna u otra forma.

Enfrentar malas y buenas noticias suelen ser las razones más comunes para perder la calma.

Souya estaba junto a sus compañeros de pandilla a la espera de noticias sobre Baji. Mientras la pequeña multitud a las afueras del hospital trataba de mantener la esperanza, Souya era de los pocos que se mantenía extrañamente sereno. Nahoya no pudo evitar sentir miedo por su amigo, pero de alguna manera le incomodó ver a su hermano tan ensimismado, su actitud era totalmente extraña desde la última pelea. Para no alterar al resto se acercó y sigilosamente susurró

―Sou...¿estás bien? ¿ocurrió algo?

―¿ah? ¿qué?

―que si estás bien

―ah eso...sí....estoy nervioso por Baji...

―sí...bueno, debemos esperar un poco más

En ese momento Mikey salió del hospital con un semblante neutro y tranquilo. Todos se pusieron alerta en cuanto lo vieron. La noticia trajo a todos la tranquilidad que tanto esperaban. Baji estaba fuera de peligro y a salvo. Todos empezaron a vitorear y dar suspiros de alivio. Poco a poco la gente fue desapareciendo. Souya y Nahoya esperaron un poco más. Al final los capitanes y sub-capitanes se quedaron en el parqueo del hospital.

Souya aún se mantenía tranquilo a la vista de cualquiera que lo viese. Pero a los ojos del peliazul todo era confuso y extraño. Souya evitaba dirigir la vista hacia las manos de sus amigos, los hilos rojos aún eran visibles para él, eso lo ponía nervioso. Ver algunos lazos unidos y otros enredados por el suelo lo hicieron sentir una mezcla de curiosidad y miedo.

El último en salir del hospital fue Chifuyu, todos lo esperaban con ansias, pero aún mantenía un rostro que emanaba tristeza. Todos se reunieron alrededor y hablaron de la permanencia del pelinegro en la Toman. Todos acordaron en dejar la decisión en manos de Baji.

Los días pasaron y al fin las visitas fueron permitidas, pero Baji se rehusó a ver a cualquiera. Era extraño, pero no quiso ver ni siquiera a Chifuyu, el chico se metió para verlo a la fuerza, pero terminaron discutiendo. Eso alarmó a todos.

Souya vio como la imagen que tenía de los hilos cada vez era más visible y clara. El día que nuevamente decidieron visitar a Baji, Souya notó como el hilo de Chifuyu se empezó a tensar y terminó por teñirse de un color rojizo oscuro. Nuevamente se quedaron esperando afuera.

Souya decidió hablar con el rubio en cuanto lo vio solo. Chifuyu estaba en los jardines del hospital y con paquetes de comida en una bolsa. Se notaba deprimido. Souya con un poco de temor se acercó hacia él

―Chifuyu...hola...

―Angry...¿qué haces aquí? Creí que estabas con los chicos...

―sí...pero quería preguntarte algo importante

―claro...dime qué ocurre

―tú...eh...no sé cómo decirlo...¿estás bien con lo que decidió, Baji? Eso...de alejarse de nosotros...

―bueno...me sorprendí...bastante...pero quiero verlo de nuevo para hablar sobre eso...

―entiendo... tú...lo quieres mucho ¿no?

Chifuyu se frotó el cuello en ese instante, el rubor en sus mejillas era evidente por lo que no quiso ver a Souya a los ojos. Su rostro reflejaba que estaba herido y preocupado.