Capítulo 20

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Narradora

El chico de rizos dio un paso adelante, se hizo al lado de ____ y la tomó de la mano, ambos dieron una venia. María, viendo desde lo lejos, quedó perpleja por completo, esto aún le molestaba. Parece que ella había aceptado el rechazo de Camilo, pero eso no eliminaba sus sentimientos por él, así rápidamente no sucedería.

La chica prefirió retirarse, pensaba que podría dar malas energías a un día que se supone que debe ser feliz.

Por otro lado, la apertura inició muy bien. ____ y Camilo se alistaron adentro de la pastelería, la señora Julieta había diseñado un menú, ambos chicos se habían preparado desde el día anterior mientras esperaban que se secara la pintura de las letras. ____ se puso un delantal para empezar a cocinar y un pequeño gorrito para impedir los cabellos en los alimentos.

-Pero que ternura estoy viendo- Camilo puso una voz como si le hablara a un bebé. La chica le rodó los ojos y le daba una pequeña sonrisa- si que ando necesitando una cámara.

-Tonto, más bien ponte tú también un delantal, la apertura va a ser movida, hay fila allá afuera- ambos chicos se asomaron por la ventana que había en la cocina hacia todo el resto del lugar. Había mucha gente, ambos se tomaron de los hombros.

-Bella dama, tú puedes, tu comida es exquisita- dijo Camilo dándole ánimos a ____.

-Bellos rizos, tu personalidad es increíble, tú sabes lidiar con las personas, tú puedes- dijo la chica con total honestidad. Ambos se pusieron rojos con las palabras que se dijeron.

Se quedaron mirando por un rato.

-¿Será que los tortolitos pueden alistarse para dar paso a los clientes?- vaya que las apariciones del tío del chico eran muy sorpresivas. Ambos quitaron sus manos de los hombros del otro con cierta incomodidad. Camilo se dirigió rápidamente a la caja para empezar a anotar pedidos y ____ estaba allí en la cocina, apoyada con los codos en la mesa mientras abrían paso al primer cliente.

-¡Tío Bruno!- El chico solo le alzó la voz con vergüenza, no sabía que más decirle y tenía que concentrarse.

-¡Suerte ____! Suerte sobrino, espero les vaya bien- dijo y ambos chicos dieron una sonrisa.

Y allí inició el día, llegó el primer cliente y Camilo siendo un chico realmente amable, le explicó el servicio, le dio el número de pedido y le pasó el pedido a ____, ella inmediatamente se puso a hacer el postre, podría decirse que muchas cosas estaban casi listas, era casi como armar el postre. ____ no tardaba en hacerlo, puso su primer pedido hecho en el mesón de entrega, el cambia formas llamó por el número y se hizo la primer entrega.

Era increíble ver como fluía todo el trabajo entre ambos, sin problemas. Camilo no apresuraba para nada a ____ porque sabía que esto tomaba tiempo, además disfrutaba de verla cocinar. La chica tampoco apresuraba en nada a Camilo, de hecho le decía que había un nuevo cliente ya que a él le encantaba verla cocinar y crear postres. Camilo era increíble con el manejo del dinero, mentalmente hacía cálculos muy rápido, esto dejó boquiabierta a ____. No sabía de sus habilidades en venta.

Las familias se retiraron tranquilas al ver que todo fluía bien entre ambos.

Así pasó un mes, hubo días un poco pesados ya que era de apresurarse, otros eran más livianos, pero la comunicación entre los chicos mejoraba aún más, sin embargo no habían tenido tiempo aún para salir como hicieron veces anteriores, ya fuera a pasar el tiempo o tener actividades definidas. Pero siempre pasaban mucho tiempo juntos, eso los alegraba realmente a ambos y verse trabajar el uno al otro los satisfacía.

~Este don no te define~{Camilo Madrigal y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora