22|Expedientes.

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La puerta de la habitación se abre dejando ver a Mako con una expresión de querer matar a cualquiera que se le atraviese en su camino

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La puerta de la habitación se abre dejando ver a Mako con una expresión de querer matar a cualquiera que se le atraviese en su camino. Bajo la vista hacia sus manos donde carga un par de bolsas que asienta en el suelo para sentarse en la orilla de la cama cruzándose de brazos.

—Tu tía está demente con los vestidos, admito que tiene un excelente gusto, pero el que me obligó a probarme por poco hace que pierda las costillas, ¿por qué no puedo usar un traje como ustedes? Sería más cómodo a la hora de patear traseros —habla tan rápido que apenas puedo entender las palabras que salen de su boca —. Dime que lograste encontrar algo en nuestra maravillosa ausencia.

Las comisuras de mis labios se elevan en una pequeña sonrisa triunfante y le muestro el folio amarillo en las manos.

—Entré a su despacho.

—¿Y bien?

—Tienes que echarle un vistazo, es peor de lo que pensé —Mako abre el folio para leer la primera plana, sus ojos se mueven con prisa sorprendida por la información —. Son los expedientes de cada niño a su disposición para que sea un recluta sin retorno a casa.

—Hanssen esto es serio —parpadea saliendo del trance para mirarme a los ojos manteniendo su expresión —. Tienen familia, los han secuestrado e incluso Sage que fue adoptado para esta pesadilla, tenemos que hacer algo ya, ¿por qué no podemos arrinconarla? ¡Hasta te dejo apuntarle con la pistola!

—Mako.

—¡Si me pides que me calme eso no va a suceder! —se levanta bruscamente soltando el folio, las hojas quedan tendidas sobre el colchón —. Esa maldita no se saldrá con la suya, debemos ayudar a esos pobres niños, regresarlos a sus hogares.

—No será fácil —me levanto para llegar hasta ella tomándola de los hombros para que deje de caminar con desesperación. Sus ojos están a punto de cristalizarse por la impotencia, yo también estoy cabreado —. La casa está siendo rodeada por sus hombres, ellos van armados hasta el cuello sin que lo sepamos y una pistola no va a detenerlos, por lo que vamos a seguir con el plan para acabar con cada uno, debemos esperar que la fiesta empiece y nos pondremos en marcha. No tengo idea de cómo los sacaremos o si esto saldrá como creemos, mariposa.

Un deseo prohibido #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora