Si amas una leyenda, un rey, un dios, nada será suficiente. Quizás por eso el destino eligió a un hombre como Mikey para él. Sanzu nunca ha sido suficiente, pero demasiado. Demasiado para manejar, demasiado salvaje, demasiado silencioso, demasiado v...
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El amor es devoción, es lealtad, es la voluntad de dedicar toda tu vida, todo tu ser, cada respiración, cada latido, cada movimiento que haces a una persona. La mayoría de las personas son demasiado débiles para amar de verdad. Demasiado débil para comprometerse con alguien de esa manera única. Y si amas una leyenda, un rey, un dios, nada será suficiente. Quizás por eso el destino eligió a un hombre como Mikey para él. Sanzu nunca ha sido suficiente, pero demasiado.
Demasiado para manejar, demasiado salvaje, demasiado silencioso, demasiado violento, demasiado jodido. Pero Mikey, Mikey lo acogió de todos modos. Le di un hogar. Un lugar al que pertenecer. Por primera vez en su vida, no fue demasiado y Sanzu nunca olvidará este sentimiento.
Sin embargo, no fue amor a primera vista. No podía ser amor a primera vista, porque su yo más joven había estado lejos de ser lo suficientemente digno para amar a alguien como Mikey. Tenía que ganárselo. Comprender el verdadero significado del amor, porque nadie lo ha amado nunca, lo ha amado de verdad, entonces, ¿cómo debería haberlo sabido? La gente miente todo el tiempo sobre el amor, todas estas palabras dulces y repugnantes que no significan nada, porque las palabras no significan nada. El amor se trata de acciones y una vez que Sanzu entendió esta verdad crucial, todo cambió.
Matar a Mucho fue el primer paso. Para él, era una necesidad obvia deshacerse de este traidor. Sanzu solo entendió más tarde que, de hecho, había sido un acto de amor. Comenzó a ganarse el derecho a amar a Mikey ese día y si lo hubiera sabido en ese entonces, Sanzu lo habría atesorado aún más. La sangre caliente se derramaba por sus mejillas como lluvia de verano, sabiendo perfectamente bien que hacía de este mundo un lugar mejor para Mikey. Para el rey, y Sanzu sería su caballero más leal, cuidando de la indigna turba por él; cuidando de cualquier cosa y de todo lo que se atreviera a cruzarse en su camino o estropear sus planes.
Eso es en lo que Sanzu quería convertirse, en lo que quería lograr, con todo su corazón. Protege al que le dio una oportunidad. Demuéstrale que valió la pena. Dedica su vida a él, porque sin el rey, de todos modos, no tendría sentido. Su vida le pertenecía a Mikey. Pertenecía a Mikey. Y con cada año que pasaba, cada incidente que elevaba a Mikey más alto, lo hacía aún más poderoso, más hermoso, más divino, Sanzu llegó a comprender esta verdad innegable. Fue su destino. El propósito de su vida. ¿Por qué más se le permitió permanecer al lado de Mikey cuando disolvió a Toman? ¿Cortar los lazos con todos los miembros fundadores, de una vez por todas, con toda la brutalidad que exigía? ¿Quemó todos los puentes que lo llevarían de regreso? Fue porque Sanzu estaba destinado a permanecer a su lado. Conviértete en su hombre más confiable, su hombre más importante. La pieza más mortífera del juego. No un caballero, sino una reina. Aquel a quien se le permitió amar al rey, lo amaba más que a su propia vida y aplastaría a cualquiera que intentara acercarse a él. Era un honor demasiado grande para soñarlo, pero poco a poco, subió de rango, se ganó la confianza de Mikey, se ganó la atención de Mikey y, un día, incluso un lugar en su cama.
