🍉Capítulo 4🍉

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La mañana se veía normal, tranquila y serena a pesar de la suave llovizna. Eran épocas de invierno y aún más que en Seúl el frío era normal, natural y agradable para los habitantes.

Jungkook normalmente se levantaba tarde, los trabajos mañaneros se lo dejaba a Namjoon y a su torpe asistente que tenia un hijo con aroma delicioso.

El alfa no podía creer que había hecho que Zico se vaya hasta altas horas de la noche, solo por seguir sintiendo el aroma dulzón.

Freza y durazno.

Jungkook siempre había oído acerca de los aromas dulzones de los omegas, en especial de los omegas puros, recordaba que en las escuelas de alfas le enseñaron eso. Pero jamás pensó toparse con un omega puro, pensó que ya no existían.

Recordaba vagamente a la sonrisa de Zico, se veía más tranquilo e incluso trabajaba sin soltar feromonas de ansiedad. Probablemente porque ahora tenían protección.

Lo que a Jungkook le ponía ansioso era el aroma, su lobo se sentía agobiado y quería salir en busca del dueño de aquel aroma. No quería que nadie más sea testigo de aquel aroma dulce, probablemente el omega portador de ese aroma sea su destinado. No había otra explicación.

-¿Destinados? Maldita sea Jeon, primero te burlas de las historias de tu abuela y ahora crees en esa mierda- espetó.

Miró por la ventana, la llovizna había bajado un poco pero aún se sentía el frío. Se levantó de la gran cama y se dirigió al balcón de su habitación, estaba tenía una hermosa vista a diferencia del balcón trasero. En ella solo se podía ver la casa de los empleados, el huerto en donde cultivaba frutos y verduras.

Sin nada interesante que tenía que hacer, decidió bañarse para poder ir a hacer su trabajo.

Esperando que ese día no sea tan jodido con papeles y reuniones.

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Jimin siempre se habia caracterizado por levantarse temprano, siempre pensaba que de ese modo tendría más tiempo en la tarde para poder hacer lo que normalmente le gusta.

Mientras peinaba su sedoso y suave cabello, cayó en la cuenta que en ese lugar desconocido no tenia que hacer.

No conocía nada, ni siquiera en donde comerían. O peor aún, que comerían.

Bufó y volvió a la cama en donde se recostó, tomando su teléfono para revisar la hora.

Normalmente hubiera vuelto a descansar, pero unos suaves toques en la puerta lo alarmó.

-¿Papá?- susurró acercándose a la puerta.

-¿Jimin?- Zico mencionó desde afuera.

El omega rápidamente abrió la puerta, dejando entrar a su padre.

-Buenos días papá- saludo abrazando al mayor y proceder a acercarse a la cama. -Me da mucha pereza levantarme-

-Lo entiendo cariño, pero debemos ir a desayunar- Zico se acerco y se sentó al lado de su hijo. -El señor Jeon nos invitó a desayunar con el-

-¿Con tú jefe?- Jimin le miró.

-Dijo que quería hablar unas cosas sobre los armamentos que estamos trayendo y no quiere perder el tiempo-

-Ese hombre es un abusador- Jimin sonrió divertido. -Se esfuerza demasiado y te lleva a ti con eso-

-Lose pequeño, pero vamos- Zico se levantó y espero que su hijo haga lo mismo. -A él no le gusta esperar mucho-

☁️Pedacito De Cielo / Kookmin🌱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora