La Jiējie de Shen Jiu.

El comienzo de dos orbes verdes

Una hermosa joven se vio escapando de tres hombres armados, la joven corría sin dificultad esquivando a quienes intentaban pararla.

Ella empujó a varias personas con el simple pensamiento de no ser atrapada

Ella se preguntó “¿Cómo terminó así?” sabe que esa mañana al estar leyendo tranquilamente un libro que adoraba su puerta había sido tocada, ella rápidamente intentando silenciarse dejo de mover incluso las páginas

Miro su apartamento en específico colocó su mirada en su computadora. Maldijo caminando lentamente hasta la puerta mirando en la pequeña rendija antes de dar dos pasos hacia atrás chocando con el estante que por la fuerza movió y tiro unos vasos

—“Salga con las manos arriba”— gritaron desde el otro lado.

Ella no lo hizo, solo tuvo diez segundo de saltar por la ventana antes de comenzar a huir de aquellos tres tipos que venían a querer arrestarla.

Luo Ming no era alguien que tuviera un trabajo honesto, había crecido en la calle aprendiendo a robar para comer. Había engañado a varios hombres cuando cumplió trece años llevándolos a un callejón antes de golpearlos y robarles todo su dinero. A la edad de 25 años había estado cometiendo delitos por internet robando identidades de pobres desgraciados, pidiendo rescates fraudulentos. En si ella sabía que si era atrapada estaría un largo tiempo en la cárcel

Y eso no lo permitiría, maldijo a unos cuantos que se ponían en su camino cuando corrió a un edificio en construcción. A sus ojos cree que fue la peor idea de su vida

—“¡Estúpida! Estúpida ¿Acaso no creciste viendo películas? — se reprochó con la irá latente—”Estoy atrapada, esos bastardos me atraparan piensa Luo, piensa ¿Que se supone que haré?“

Estaba atrapada, la única manera de salir libre de está era rezar para que alguna deidad corrupta la salvará pero ¿Cuando escucharon sus plegarias? ¿Cuántas noches lloro por piedad? ¿Cuánto más debía de sufrir? Ella sabía que su vida no era honesta, que pudo haber encontrado un camino recto para ella pero no quiso. Ella vivió pensando que la vida había sido realmente mala con alguien huérfana así que se dijo ¿Por qué no ser una escoria merecedora? ¿Por qué no burlarse de los que dicen ser justo? ¿Por qué no hacerlos miserables como lo fue ella? Vivió toda su vida así

—”Luo-mei, estás atrapada ¿Aún no te rindes? “— Un hombre de ojos fríos miro a la mujer con una sonrisa divertida.

La imagen de Luo era la de un pequeño gato escapando de unos grandes perros, aquellos ojos verdes y grandes brillaban con desconfianza mirándolos esperando una pequeña oportunidad para golpearlos y huir

Liu ya pasó eso, así que estaba preparado

El oficial Liu estaba encantado por primera vez en su vida, está pequeña puta había estado dándoles dolor de cabeza durante diez años ¿Finalmente la atrapé? Sus manos se cerraron con fuerza incapaz de detener el temblor de felicidad

—”No me rendiré, jamás lo haré. No importa la muerte ¡Prefiero morir antes de caer en tus manos bastardo“— gruñó está dando un paso hacia atrás, sus oídos captaron la pequeña piedra cayendo en el vacío donde se supone que sería un ascensor

Aquellos ojos verdes de un momento a otro se vieron turbios recordando todo lo que lucho, por primera vez quiso paz

Descansar de esta vida no parecía tan mala, había sido maltratada, sometida en su niñez ¿Por qué seguir adelante? Ella ya tuvo suficiente. Tal vez su único arrepentimiento  fue no volver a reeler aquel libro

Ya hizo a muchas personas miserables, ya camino sola este camino tan oscuro aunque varias veces cayó al suelo frío con lágrimas de rabia, tristeza y dolor aún así nunca se rindió.