Londres, al rededor de 1975, en uno de los poblados cercanos más habitados, una familia de clase medía habitaba una de las casas más grandes de aquél lugar, siendo conocidos por todo el pueblo, el señor de la casa un respetado prestamista y hombre de negocios, vivía junto a su hermosa mujer, una señora de gran belleza y destreza en la cocina, todos los que habían probado de sus platillos quedaban encantados con estos, no encontraban aún el secreto que está usaba para cada una de sus recetas, era un misterio total, aunque ella siempre respondía que solo se trataba de amor, aquella pareja se habían juntado a una temprana edad, siendo el masculino unos cuantos años menor que la chica.
Pocos años después, concedieron a su primera hija, una hermosa bebe de tes blanca y cabellos risados de color castaño, poco a poco aquella enorme casa fue llenándose de compañía, entre niñas, siendo un total de 7 niñas, la pareja no pudieron tener ningún hijo varón, aún así no se sentían tristes, eran felices con sus niñas, o eso aparentaban ser, pero más allá de esa imagen, se encontraba una realidad muy distinta.
El respetado hombre empezó a hacerse amigo de la bebida, llegando a tal extremos de llegar ebrio a casa y golpear a su mujer, la cual solo podía llorar y tratar de proteger a sus niñas, aparte de eso, el hombre empezó a tener una vida "alegré" entre tragos y mujeres, y así fue como inició la falta de recursos para aquella gran casa, aquel señor gastaba el dinero llegando sin un centavo, ebrio y de mal humor a casa, Germina era el hombre de aquella hermosa mujer, de apariencia dulce, ojos tan verdes como una esmeralda, tes pálida y cabello muy liso color azabache, su belleza era admirada tanto por los hombres que tenían la ducha de observarla, como por las damas, muchos envidiaban su belleza, apresar de conceder tantas veces, está no desaparecía en lo mismo, eso era digno de asombró y recelo.
La madre al ver la falta de dinero para alimentar a sus hijas, tuvo que tomar las riendas de la casa, nisiquiera tenía el valor para reclamarle a aquel hombre, muchas veces no podia dejar de temblar al verlo llegar en aquel estado a casa, sabía ya que no la pasaria bonito, tuvo que ir enseñando a sus hijas a cuidarse entré sí, mientras su madre salía a vender panes, galletas y otras comidas hechas por ella misma a la calle.
Para muchas personas fue una sorpresa verla salir de la casa, no era para nada normal, tampoco verla vender comida, ¿Que estaba pasando? ¿Sería que el respetado Señor Thomas Baker no ganaba lo suficientemente para que la Señora Germina tuviera que vender fuera? Muchas preguntas similares se hacían entre si los habitantes de aquél poblado.
Sus ventas habían Sido un éxito, con suerte consiguió para la comida de varios días, se sentía feliz de poder tener dinero por ella misma para alimentar a sus niñas, todo parecía que iba por muy buen caminó, hasta la llenada de aquél hombre, el olor a alcohol que desprendía de su cuerpo se podía percibir a la distancia, el rostro de la mujer palidecia y solo actuaba delante de las niñas para no asustarlas, mostrando una sonrisa forzada y unauy actuada tranquilidad, dejándolas bajo llave en sus habitaciones mientras toda la pesadilla pasaba, pero aquella noche, aquel hombre abusó de su fuerza en contra de la mujer, dejando multiples moretones en su blanca piel, siendo uno de estos muy marcado en su rostro, ¿Ahora que se supone que debía hacer? ¿Cómo podría salir a la calle así? Sabía perfectamente que sí las personas se percataban de aquél evidente moretón, muchos podrían asociarlo con su marido, y no estarían equivocados, pero también sabía perfectamente que Thomas era un hombre respetado entre las personas del poblado, sería como ganarse una nueva golpiza si empezaban a acusar a Baker de maltratador, el simple hecho de imagínarse le daban escalofríos.
¿Que debía hacer? se sentía entre la espada y la pared, el hombre le había arrebatado el dinero que con esfuerzo había ganado ese día, había quedado exactamente en las mismas condiciones, que mala suerte tenía.
Trataba de buscar una solución rápida hasta que recordó a sus hijas, ya la mayor tenía alrededor de 10 años de edad, ya cuidaba un poco de sus hermanas más pequeñas.─ ¿Y sí? . . .
Una idea surgió en la cabeza de la ojiverde. Días después por las calles de aquél poblado se podían escuchar alegres concreciones y llamados.
─ ¡Señoritas Baker! ¡Demen dos pares de esos!─
A pocos metros
─ ¡Yo también quiero de esos! ─
─ ¡Y yo! ─
Parecía que las ventas eran un evitó, las tres ma grandes de las 7 hermanas habían salido a vender lo que la señora Baker había preparado, mientras se ocupaba de las más pequeñas.
Asi fueron pasando los años y las demás poco a poco se iban uniendo al trabajo.Al pasar unos 4 años, las cosas seguían iguales, y las niñas empezaron a darse cuenta de lo que hacía su padre, muchas veces las castigaba de un manera muy cruel, les pegaba sin contenerse apesar de las súplicas de Germina, la cual pedía que no les hiciera daño a las niñas, si quería pegarle a alguien, que lo hiciera a ella.
El corazón de las niñas mayores fue llenándose de odio hacía su propio padre poco a poco, ya que veían la injusticia de la situación, ninguna de ellas se merecía aquel trató.
Una noche la esperada terrible llegada del alcohólico a la casa llegó, la mayor no había tenido tiempo de dirigirse a la habitación de sus hijas, ya que se encontraba en la cocina terminando de lavar todo lo que había utilizado ese día, apesar de ahora no tener que salir a vender sentia todo su cuerpo entumecido, había cocinado tanto ese día y limpiado que sentía que apenas tocará la cama caeria en un profundo dueño, no se percató de la llegada de su ahora peor pesadilla hasta que escucho sus torpes pasos entrando a la cocina, volteó rápidamente y el miedo se apoderó de su corazón, lo único que pudo hacer fue retroceder, no sabía que le esperaba esa noche, por más que el hiciera eso cada vez que se emborrachaba, aún no se acostumbraba al dolor de sus golpes, más en ese momento todo el ambiente cambió en el instante que el hombre tomo un cuchillo cercano, los ojos de la, mujer se abrieron más de lo normal, ¿Caso el había enloquecido? Aquel hombre empezó a avanzarse contra la mujer lanzando cortes al aire tratando de acertar torpemente sobre el cuerpo de esta. ya era demasiado, los gritos despavoridos empezaron a escucharse por toda la casa, el respetado Thomas Baker se había convertido en un monstruo.
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𝐔𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐭𝐫𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐥
Non-Fiction¿Quieres leer algo que posiblemente te sientas identificado? Una historia totalmente alejada de la fantasía. . . muy cercana a la cruda realidad.