¿Como puede cambiar tu estado de animo una persona?
Cogía un trozo de tiramisu y me lo lleve a la boca, saboreando el dulce sabor a café que tenia.
Había pasado dos horas desde que llegue a casa, Erik se había quedado con mi hermano y estaban jugando a la play. Yo estaba tirada al lado de mi hermano, comiendo aquel delicioso postre.
Sara esta bien, yo estoy deprimida. Erik no me ha dirigido la palabra y las tartas son mi consuelo.
Mi hermano sabia que estaba mal y que era por algún capullo, no quería hablar de ello delante de Erik y se lo agradecí. El me solía mirar, queriendo decirme algo, pero seguía sin decir nada.
Me levante del sofá, sabiendo que mi postre había terminado. Abrí la nevera.
-¿No hay mas?- dije mas deprimida.
-No hermanita, te lo has comido todo- cierto, en una hora aquel delicioso postre había terminado.
-Guay- dije. Erik vuelve a mirarme- Si tienes algo que decírmelo me lo dices Erik, mucho mirarme y poco hablar- cerré la nevera y subí a mi habitación.
Me acosté en la cama. Hundí mi cabeza en la almohada y comencé a llorar. Solo lo conocía de un día, por dios..¿que hacia llorando? Este chico había causado en mi un efecto que pocos consiguen. Me estaba volviendo loca.
Tocan a la puerta y yo levanto la cabeza, me siento en la cama abriendo un libro que ni si quiera se de que va, me seco las lágrimas y suelto un "adelante" para que la persona que este detrás de aquella puerta pase.
Pero en seguida me arrepentí. Erik estaba enfrente mía y no podía dejar de mirar su maravillosa sonrisa.
¿Por que? Me sentía estúpida. Erik se acerca y mi pulso acelera por segundos. Madre mía.
Se sienta en la cama, haciendo que me ponga mas nerviosa y me quita el libro que ni si quiera se de que va. Miro la portada. Madre mía, 50 sombras de grey, pensara que me gusta el sexo duro y no es así. Sigo virgen y aun no he probado esas cosas de las que Sara me habla tanto.-¿Te gusta el sexo duro?- me mira de repente con su sonrisa.
-No, es un libro de moda- digo e intento quitárselo pero soy tan débil que no lo consigo- Damelo.
-Toma tonta- dice con cariño.
Intento apartar la mirada. Cuando lo consigo el me coge de los hombros con sus manos y me atrae hacia el. me da un abrazo. Esos abrazos que no necesitan palabras. esos abrazos en los que te sientes mejor y es que yo, quería pasar mi vida allí, en esos brazos.
Oigo que sube alguien y me separo. Se que es mi hermano, no hay nadie mas. Entra y ve el libro. Piensa cosas raras y pone mala cara.
Rápidamente me levanto, corro hacia el y le pego.
-¿No eras mas débil?- me dice quejándose.
- O tu te has vuelto mas débil- oigo a Erik reír. su risa. su preciosa risa.
Me giro y le miro. Tan perfecto.
Cojo el libro lo pongo en la estantería y rió.
-¿Que?- dicen los dos a la vez.
-¿Quereis fiesta de pijamas o que? En mi cuarto solo se hace eso por la noche cuando quedo con las chicas, si quereis esa fiesta quedaos, si no iros- vuelvo a reír y ellos dos me imitan.
-Que forma mas elegante de decir que nos marchemos hermanita. Te dejamos tranquila, vamos Erik- y la tristeza volvió al pensar que no volvería a abrazar a Erik,¿o si lo volvería hacer? No se sabe.
-No- digo en cuanto el dice eso- Voy con vosotros, no quiero quedarme sola- levanto la cabeza y veo a Erik sonreír como si le hubieran dado un chupete a un niño.
-Bien hermana miedosa, vamos- y me puse muy contenta.
Esa noche habían muchas películas y miradas entre yo y Erik. mi hermano había comprado mas tarta para mi y como no, ya me la había comido. esta vez no por depresión, esta vez por mucha hambre.
En cuanto acabamos de ver una o dos películas me voy a mi cuarto. Abrazo a mi hermano y este se ríe. Erik sin embargo permanece serio hasta que me acerco a el. Su sonrisa aparece y vuelve el aceleramiento de pulso. Me acerco a el y le doy dos besos, uno en cada mejilla. El roce de mis labios en su piel le hace sonreír aun mas. Y yo solo quiero besarle esa sonrisa tan bonita.
****
Veo como mueve el cuerpo. Va segura de si misma, o eso parece. Sube las escaleras y desaparece.
Es tan bonita.
Veo como Thomas me mira con cara de asesino y enseguida se que no quiere que me acerque a ella. Pero es imposible no acercarme, siempre que la veo me dan ganas de hacerla reír y de abrazarla.
-Mi hermana te esta gustando y eso es malo Erik- me dice el.
-No me gusta, tiene un toque de especial. Lo sabes, eres su hermano.
-Pero no quiero que te acerques a ella, podrías hacerla daño. Se como eres- siempre acababa diciéndome eso.
Se ponía de pesado cada vez que la miraba con deseo y su hermano pensaba que era para follármela. Pero yo no deseo un simple polvo con ella, yo deseo besarla y perderme en esos ojos marrones tan bonitos. Podrán ser normales pero a ella esos ojos le quedaban genial y los que trasmitían. Poco a poco la iba conociendo.
Comía postre cuando estaba mal y cuando estaba bien. Pero había una diferencia; cuando estaba mal, hacia lo mínimo para hablar, cuando estaba bien hablaba de cualquier tontería y se reía ella sola.
Esta noche estaba cerca de ella y no iba a poder besarla. ''Buenas noches, bonita''. Pensaba cuando me había acostado, casi durmiéndome ya.
***
Me levanto sobresaltada. Sabiendo que era un sueño. ¿Erik? Con mi hermano seguro.
Vi la hora. Uf, las cuatro de la mañana. Volví a cerrar los ojos y me dormí imaginando que aquellos labios que estaba deseando besar, tocaban los mios. Con un toque de pasión pero suave. Un beso perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Te escribo aqui.
Romance"Te escribo aqui" es una historia donde, hay muchos sentimientos, emociones, y tristezas, me encantaria decir que hubieron mas sonrisas que lagrimas, pero no fue asi. Es algo que no podre olvidar, algo que duele demasiado, que lo recuerdo desde el p...