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La puerta sonó y Jimin bajó a abrirla, escalón tras escalón mientras mantenía su concentración en el hambre que tenía. No había comido desde la mañana, porque creía que todo lo vomitaría. Al estar frente de la puerta le sonrió a su visita, Seokjin, quien se mostraba agradable y con dos bolsas.

—¿Por qué tanta bolsa? —preguntó Jimin mientras cerraba la puerta detrás de Seokjin.

—Las sopas para que almuerces algo. —Señaló la bolsa que su mano izquierda sostenía. —Y a lo que vine. —Señaló la bolsa que su mano derecha sostenía.

—Creí que venías a visitarme. —Puchereo, riendo luego por como Seokjin había rodado los ojos. —¿Primero comeremos o quieres que te diga "te lo dije"?

—Lo que tu prefieras.

—Entonces comamos, tengo mucha hambre.

Ambos asintieron mientras se dirigían a la cocina, muy cerca del otro, hablando de sus días y poniéndose al tanto de todo lo que Jimin había hecho durante su largo viaje de trabajo. Jimin lucía bien, contando muy animado las salidas que tuvo, obviando completamente lo que pasó en Italia, ya sea antes o después de Jungkook; Jimin solamente obvió aquella parada de su viaje. No veía necesario hablar de ello, no quería tampoco.

Seokjin lo observaba atento, no perdiéndose ningún detalle, asegurándose de que Jimin se encuentre tan bien como decía que estaba. Seokjin conocía a Jimin tan bien como conocía su palma, sabía de aquel gran corazón que lloraba solo, sabía de sus mecanismos de defensa en contra del dolor; pues había estado ahí la primera vez que alguien le rompió el corazón, desde ahí, anoto como actuaba Jimin a situaciones como esa.

Ahora lo hacía.

Evadiendo hablar del tema, fingiendo como si no pasara nada. Jimin lidiaba las cosas de esa forma, dándoles la espalda hasta que dejaran de molestar. Le funcionaba, pero tenía mucho acumulado, Seokjin temía que se volviese una avalancha.

Las sopas se terminaron, un buen caldo de pollo repuso de cierta forma a Jimin, ya no se sentía tan mareado. Eso fue bueno, porque así alimentaba su hipótesis de que solo se había enfermado del estómago.

—Bien, es hora de decir "te lo dije". —Dijo Jimin levantándose de su silla, tomando la bolsa de farmacia que Seokjin trajo consigo. —¿Por qué hay dos?

—Estaban en oferta. —Bromeo. —Siempre es bueno estar muy seguro.

—Dos veces en las que podré decirte "te lo dije". —Tomó la bolsa y salió con ella.

Fue seguido por Seokjin, sentía su presencia detrás de él mientras se dirigía a su baño. Ambos se detuvieron en la puerta, se dieron una mirada y Jimin entró, cerrando la puerta a su detrás. Saco las dos pruebas de embarazo, mirando las diferentes marcas y leyendo las instrucciones.

Sentía nervios e inquietud, pero no quería llenarse la cabeza con pensamientos que tal vez ni tengan ataduras más allá. Tomó ambas y se dirigió al inodoro para usarlas, pensando en distintas cosas para así mantener su cabeza ocupada y lejos de lo que estaba pasando. Evadiendo lo que sentía en el instante.

Pensó en lo que haría más tarde, en la cena que le pediría a Seokjin, lo que comería en el restaurante, hacía todo eso mientras esperaba sentado en el borde de su tina. Las instrucciones de ambas le decían que tenía que esperar cinco minutos.

Se distrajo viendo el mármol de su enorme baño, se distrajo en lo grande que era su baño y luego en lo grande que era su hogar. Ni siquiera tenía personal que hiciera la casa menos vacía y fría, era solo el en aquella casa de dos pisos y kilómetros de distancia. Con una piscina, un jardín y un balcón, todos vacíos, solo era él quien habitaba dentro, ni siquiera tenía tiempo para mirar las estrellas en su balcón, por eso su casa siempre estaba vacía. Sola.

Peace ; kookmin omegaverse auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora