-HG-
No es que aceptara ayudarlo por la promesa de dejarla en paz finalmente, es que simplemente no podía negarle nada, aunque él no lo supiera.
Ahora tenía una nueva y más difícil misión.
Unir sus fuerzas a el. Verlo más seguido. Fingir que no dolía cada roce de sus manos. Ahogar suspiros en su garganta. Morderse los labios cada vez que un comentario amable quería salir a flote. Soñar más seguido con él. Llorar a sus espaldas.
Ya casi se cumpliría un año desde que él volvió en el tiempo. Desde que su inocente aventura inició.
Todavía recuerda esa noche en que él se sentó a su lado. Le parece gracioso como en ese entonces no reconocía la fuerte atracción física que sentía hacia él, el dolor de la guerra, la incertidumbre y el constante encuentro con la muerte, le dieron el empujón que necesitaba; porque a pesar de pertenecer a la casa de los valientes, se negaba a ver lo que estaba frente a sus ojos.
Él vivía en ella. Sin darse cuenta, la hizo un Horrocruxe esa noche, cuando se aferró a lo único vivo en esa habitación.
Malfoy estaba cumpliendo con su palabra. Dolorosamente mantenía sus distancias con ella, haciéndole bromas de vez en cuando para aligerar el ambiente, tal vez él estaba notando la tristeza detrás de sus ojos, las ansias contenidas en sus labios, la falta de aire cuando entraba a su habitación.
Los aurores trabajaban duro durante el día y ellos mantenían su papel delante de todos. Hermione agradecía cuando Tonks se les unía en las noches, pero esta se iba a acostar mucho antes y Malfoy no podía. Estaba sufriendo de insomnio, se lo dijo un par de veces. También le decía que no se preocupara, que durmiera mientras él se tomaba un trago o se seguía extirpando los sesos.
Ella quería ayudarlo ¿Pero como ayudar a una persona perdida cuando tú también lo estás?
En más de una ocasión flaqueó. Cada vez que lo veía mirando a la nada, sabía que pensaba en esos recuerdos, pero cumplía su promesa, más nunca mencionó nada.
Hermione, en el fondo, queria que insistiera solo una vez más, porque vaya que le dolía.
Dolía mucho, tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos. Pero debian aguantar.
Valia la pena la espera ¿No?-DM-
La investigación estaba resultando más difícil de lo que creyó. Su madre supo tapar sus huellas a la perfección. Pero no se iba a rendir, no ahora que sabían que no debía estar en Bulgaria. Los Malfoy eran originarios de Francia, y si el Giratiempos perteneció a su padre y su familia, es ahí donde debía estar.
Habían pasado diez días. Diez días en los que Granger no dormía para estar a su lado, cumpliendo su promesa de ayudarlo. Cubriéndolo por el día frente a aurores mucho más inteligentes y experimentados que ellos dos. Manchándose las manos por una mujer que nunca le dio un trato educado. Manchándose las manos por una persona que la maltrató toda su vida escolar, que la denigró y humilló en cada oportunidad que se le presentó.
A medida que los días pasaban él se dio cuenta, no por nada era uno de los mas inteligentes de su casa. No era tan aplicado como Theo ni tan inteligente como Granger, pero cualquiera con una inteligencia promedio y dos ojos podía ver lo obvio.
La manera en que ella se encogía cada vez que rozaban sus manos. La forma en que aspiraba hondo su perfume cuando entraba a la habitación. La forma en cómo lo veía a veces sin darse cuenta.
No le hacía falta ver esos recuerdos. Ya no.
Ahora entendía todo y estaba seguro de ello.
Ellos estuvieron juntos durante ese tiempo y por su forma de actuar, supo que se había enamorado.
Pero no se enamoró de él. Se enamoró de un hombre que, según los recuerdos de Potter, tenía dos años más de experiencia y a juzgar por el futuro de oscuridad donde Voldemort reinaba, ya podía imaginarse la clase de trauma que tuvo que aguantar durante todo ese tiempo.
Si ya de por si se sentia enfermo y sucio cuando recordaba las pocas atrocidades que presenció, no podía imaginarse lo que tuvo que presenciar y hacer en ese futuro.
Y ella... no lo queria a él. Él era quien se interponia en su historia de ¿amor? Ella queria al otro Draco y verlo dia a dia, le debia recordar aquello que perdio.
Así que, ahora que por fin lo entendía y misteriosamente lo aceptaba, se sentía más miserable. Ella no era una mala persona y de definitivamente de Sangresucia no tenía nada. Era inteligente, buena, impoluta, caritativa y hermosa.
Ahora se encontraba con el gran dilema de que quería hacer algo por ella ¿Pero que iba a hacer? Ciertamente no vivió ese mes a su lado donde nacieron cualquier clase de sentimientos y no podía simplemente decirle que le mostrara ya que además de que le prometió no volver hacerlo, no estaba seguro de querer ver.
Era absurdo sentir celos de él mismo. Pero es lo que era.
Él no era él.
No podía amarla de la forma en que su otro yo quizás lo hizo.
Algunas noches le insistía en que fuera a descansar, ella insistía en acompañarlo y eso solo aumentaba su miseria. Solo aumentaba sus ganas de ayudarla ¿Pero como ayudar a alguien que está perdido cuando tú también lo estás?
Habían noches mucho peores. El sueño la vencía y se dormía en su cama, otras eran muchisimo peores porque se quedaba dormida en su sillón y él tenía que luchar con las constantes ganas de levantarla y llevarla a su cama.
Y lo peor era, sin duda, que sin falta, se quedaba horas y horas observándola. Y cada vez le gustaba más lo que veía.
Cuando tenía suerte, la veía fruncir el ceño y revolverse en su sitio, seguramente soñando con que él ya no estaba a su lado.
Y cuando la suerte no estaba de su lado, ella sonreía y suspiraba. Soñando que él estaba ahí para ella.
Draco solo podía maldecirse, por no ser lo que ella quería, lo que ella necesitaba, lo que ella merecía.
Así que tuvo que conformarse con observarla. Observarla soñar cada noche con las dos versiones de él mismo.
Con su otro yo sonreía. Con él no.
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2 años y 1 mes
FanfictionSECUELA DE EL GIRATIEMPO. Jugaban entre ellos a no desearse, cuando en realidad era todo lo contrario. DRAMIONE.