[Modo serio]
Ese día Moscú tenía un ataque de emociones, estaba triste, confundido, ansioso, tal vez algo avergonzado o tímido. Desde que era jóven la pequeña Kiev era su mejor amiga siendo o no capitales de países en común.
Estos menores se llevaban muy bien y pasaban horas juntos, eran felices, pero ese día Moscú había recibido un mal trato de URSS, quién anteriormente lo había echado de la casa.
¿Pero por qué? Por qué merecía ese trato de sus compañeros, de las personas a las cuál ayudó en momentos difíciles, sabía que Rusia no podía hacer nada, pero ¿Por qué no darle la mano? Era un invierno muy frío y no merecía eso.
Tocó con ansiedad la puerta de Kiev, quién abrió un poco tardío, estaba haciendo galletas e intentaba no quemarlas. –Hola Moscú, es un gusto recibirte compañera– Esa palabra cayó como una bomba en el ex-Imperio Japonés.
–Ho-hola, Kiev.–Habló cortante, no quería más eso, juraba que no, pero no culpaba a Kiev, ella aún no sabía nada.
–¿Que te trae por aquí?–Sonrió mientras se quitaba los guantes de cocina y sentaba a Moscú y a ella en el sofá.
Moscú se quedó callada, preocupando bastante a la capital, parecía tener algún temor, como si un aura negra saliera de ella y le dijera cosas que empeoraran la situación.
–Kiev, La Unión Soviética me echó de la casa –Miraba hacia abajo con cierto temor, no recibió una respuesta rápida, pero parecía sorprender a la contraria.
–Dios, ¿Por qué?–Intentó ganarse la vista de la menor acariciándole el cabello, no lo logró.
Moscú intentó hablar, pero el llanto que contenía estaba a punto de salir, en verdad quería sacar todas sus emociones a flote, ¿pero si Kiev no la aceptaba cómo era?
Comenzó a llorar sin control, gritos desgarradores salían de su boca, quería gritar tan fuerte, quería sacar todo su peso en gritos, gritos, solo gritos. Abrazó a la menor con fuerza, quería aferrarse a su amiga por última vez, quería saber que ella la iba a apoyar.
Kiev intentó tranquilizarla, ya unos minutos después logró ver cómo la mayor dejaba de llorar y solo se sentaba en una esquina del sofá con la mirada baja nuevamente.
–Moscú, puedes contarme lo que quieras querida. . .–Sonrió acariciando su cabeza, al fin recibió una respuesta bastante seria.
–Ese es el problema, Kiev– Habló dejando a la menor confundida. –Yo no quiero ser querida, o compañera, no quiero serlo. –Intentaba no llorar de nuevo.
–¿Cómo dices?–Preguntó confusa, abrazó a la mayor quien correspondió con fuerza. Cuando el ambiente se tranquilizó escuchó.
–Yo no quiero ser mujer– Le costaba hablar sin llorar. –Yo solo quiero seguir siendo tu amigo.– Comenzó a sacar lágrimas nuevamente.
–Oh cariño, no no–Se separó e iba limpiando las lágrimas del menor. –Tu siempre serás mi amigo, y una persona noble y buena –Le sonrió cálidamente, el ruso la miró fijo. –¿URSS te echó por eso?– Vió como Moscú asintió con dificultad.
–Le dije que sentía que yo era un hombre, y me dijo que no podía serlo, discutimos hasta que terminó echándome por ser un monstruo –Miró abajo.
–Tu no eres un monstruo –Abrazó otra vez al mayor. –Tu eres un ángel, Moscú, un bello ángel dorado–Ambas almas quedaron tranquilas. –Si quieres puedes quedarte conmigo mientras URSS se tranquiliza, ¿Está bien?–Vió como Moscú río con alegría y asintió.
Ambos quedaron abrazados en el sofá hasta oler las galletas quemándose, era poco común ver a la ucraniana insultar, pero si que dijo “mierda” con fuerza.
La noche siguió con una pizza y contando anécdotas sobre x personas.
•Tu no eres un monstruo, eres un ángel dorado •
–––––
Escritora:
Hola gente, aquí un nuevo capítulo <33 por si no se entendió Moscú es transgénero 🤟
Bye bye
ATTE: Alaska con mota en la sangre.
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Cincuenta Y Uno [StateHumans U.S.A]
FanfictionEllos vinieron a molestarte, ahora aguántate.