1. Mansión central: Día de Limpieza

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Capítulo 1.
Mansión Central: Día de limpieza.

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Alguien golpea con fuerza la puerta y ya se puede saber quién es por la forma tan alocada que lo hace.

—¡Ya basta! Está abierto —grita Josh desde su cama.

—¿¡Cómo está el mejor amigo de todo el mundo!?

—Con sueño, Tyler ¿Qué quieres?

—Solo venía a saludarte —se queja —¿Por qué tan amargado?

—¿No te enteraste?

—¿De qué?

—Debby, mi esposa Debby se fue.

Tyler frunce el ceño con cierto grado de confusión —¿Cómo que "se fue"?

—Sí, se fue, agarró sus cosas y se fue de vacaciones ¡Sin mí! Me dejó esta nota, mira.

—"Lo siento, Josh, necesito un tiempo para hacer mis cosas, pero no te preocupes, no voy sola. Te amo mucho, regreso pronto." —lee en voz alta sosteniendo el papel. Una pequeña risa quería escaparse de la boca de Tyler —¡Hey! No es para tanto, volverá pronto, no exageres, no seas un hombre llorón —animó.

—Ni siquiera dice cuando regresa.

—Pe...-

Joseph fue interrumpido por el sonido de su teléfono e inmediatamente contestó, era Jenna, su querida esposa.

—¡Amor! —dijo el hombre con gran ánimo —¿Qué tal? Yo estoy en casa de Josh, no vas a creer lo que pa...-

—Tyler... —interrumpió con un tono de voz un poco extraño.

—Hmmm... ¿Qué pasó?

—Estoy con Debby, iré de vacaciones, también llevo a Rosie.

—¿¡Qué!? —gritó tan fuerte que, del susto, Josh se levantó de su cama en un segundo.

—Necesitamos vacaciones amor, Rosie y yo te amamos. Adiós.

Fue lo último que dijo la mujer antes de colgar y después de varias llamadas rechazadas que hacía Tyler a su esposa, Josh sonrió de lado y se acostó en la cama con un poco de satisfacción.

—Oh, vamos Tyler, no exageres solo serán unos días. No seas un hombre llorón.

Tyler volteó a ver a su mejor amigo con una mirada casi de odio pero luego se relajó y se sentó en la silla cerca del escritorio.

—¿Ahora que haremos? —preguntó, acomodándose bien en su asiento.

—No lo sé, ¿Jugar?¿Hacer música?¿Salir a pasear? No sé...

—Cuidar a nuestras pequeñas criaturas.

—¿Pequeñas? —Josh rió —sí, claro, porque un dragón de no sé cuántas toneladas es una pequeña criatura, Tyler.

—¡Oh, vamos! Para mí siempre serán pequeños. Y espero que no vuelvas a perder a Ned.

—No fuí yo quien lo perdí.

—¿Ah no?¿Quién fue entonces?

—Él se escapó.

Tyler volcó los ojos con fastidio —deja las excusas, solo no lo vuelvas a perder.

—¡Qué no lo perdí!

—Mejor cállate, y camina porque hoy toca limpieza, por eso vine a buscarte.

Twenty Øne Weeks In LATAM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora