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—¡Nayeon tu cabello! —Momo gritó.
—¡Se está volviendo rosa! —Acompañó Chaeyoung con otro grito.
Sus dedos fueron a las puntas de sus coletas, sus ojos escandalizados fueron de izquierda a derecha rápidamente.
Nada estaba mal.
Aquel color marrón estaba ahí.
Igual que todos los días.
Por un segundo creyó que fue alguna broma de mal gusto, hasta que Chaeyoung llevó una de sus manos a los mechones en su flequillo. Y ahí lo vió.
Un tono rosa pastel caminaba poco a poco por las hebras de su cabello, eventualmente acabando ese marrón desde la raíz.
Una fría sensación le recorrió la espalda al ver que ese momento que nunca pensó que llegaría, estaba ahí.
—¡Rápido! ¡Rápido, mierda! —La japonesa dió saltos en su lugar, sus manos se movían frente a su cara intentando darse aire. Una enorme sonrisa iba de lado a lado en sus mejillas. —¡Corre Chaeyoung! Tu por allá y yo por aca. Si lo encuentras lo arrastras hasta aquí. —Dijo antes de empujar a la menor a algún lado entre los racks de ropa y salir corriendo.
Nayeon ni siquiera pudo procesar lo que estaba ocurriendo. Tan solo pasaron 3 segundos y aquella pelea tonta y sus amigas se habían esfumado.
¿Qué debía hacer?
Sus oídos comenzaron a zumbar. Tal vez por los estruendosos gritos de Momo o tal vez por el enojo de antes, pero fuera lo que fuera, no le gustaba, era una sensación desagradable. Al igual que ese cosquilleo en sus brazos y esas punzadas en su cabeza.
¿Qué ocurriría cuando se encontrara con el amor de su vida? ¿Cómo sería? ¿Sería atractivo? ¿Inteligente? ¿Carismático? - de tan solo pensarlo se sentía más nerviosa.
Sus pies comenzaron a moverse hacia un espejo que lograba ver a lo lejos. Mientras más avanzaba más podía ver su reflejo con claridad. Podía ver ese rosa, pero también podía ver que no había cambiado por completo. Solo un par de mechones en la parte frontal cambiaron.
Una de sus manos subió a su cabeza, entre sus dedos acarició aquellos cabellos.
¿Por qué no habían cambiado completamente?
¿Será que su alma se había ido lejos y por eso no había terminado de cambiar? ¿O será que ella era como una de esas flores que tardaban en abrirse?
¿Cómo se veía? ¿Lucia bien?
Sus manos se movieron a los lados de su cara. Se veía pálida y su cara se encontraba algo hinchada por no descansar lo suficientemente bien la noche anterior.
Claro que no lucia bien.
Lucia como alguien que podía desmayarse en cualquier momento.
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