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Abro mis ojos con cierta dificultad, ya no hay sirvientes que me despierten con una sonrisa de buenos días. Mucho menos que me lleven el desayuno a la cama. Nada es cómo antes ni nunca lo será.
Me levanto con cuidado de mi improvisada cama de sillones.
Ya no puedo darme el lujo de quedarme más segundos en la cama.

Arreglo bien mi mochila improvisada, reviso el dispositivo. Aún me quedan tres días de visa. Por cierto, estoy en una especie de realidad alterna dónde existen juegos demasiado mortales. Al ganar cada juego, me dan una carta. Hasta el momento, llevo el 7 de 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠, un tres de picas y un tres de diamantes.

Ajusto bien las correas de mi mochila y salgo del lugar. Ya que tengo que conseguir más comida, en caso de cualquier cosa, también tengo un botiquin de emergencias con gasas, desinfectante, etc. Nunca se sabe que te puede esperar en los juegos. Camino con calma por las calles de Tokyo.

Todo esta desolado, cómo si hubiese ocurrido un apocalipsis zombie. En estos momentos desearía estar en mi casa, sin tener que preocuparme por que voy a comer. Pero está es la realidad, y supongo que nada se puede hacer para cambiarlo.

♠️


Detengo mi caminata y aprovecho de tomar un poco de agua.
•---Ya se está acabando...---• digo observando mi botella. Suspiro y sigo con mi caminata.
Lo menos que quería era que se me acabara el agua.

Y hablando de agua, necesito tomar ugentemente un baño.
Llego hasta un centro comercial, no hay señal de nadie. Me dirijo hasta el baño, por suerte hay agua.
Por lo que lleno mi botella. Aprovecho de mirarme al espejo.

Mi cabello castaño esta desarreglado, tengo ojeras.
Ya con la botella llena, la cierro bien y la guardo en mi mochila.
Lavo bien mi rostro, necesito estar refrescada.
Ya sintiendome lo suficientemente lista, salgo del baño.

Empiezo a caminar por el centro comercial, ya había venido antes. Recuerdo que había una fuente con luces. Era divertido venir aquí con mis amigas a comprar o a simplemente a pasar el rato después de las clases. Sin duda extraño esos días en los que solamente me preocupaba por estudiar. Ya nada será igual, y tengo que seguir haciendome la idea de eso.

Siempre me pregunto cómo estará mi familia, ¿Ellos también están atrapados en esta realidad?
Mis pensamientos son interrumpidos al oír disparos. Por lo que rápidamente me voy a esconder a una tienda.
•---¡¿A quién carajos se le ocurre hacer juegos en este maldito lugar?!

Esa voz...miro con atención, se trata de un tipo con una ametralladora. Lo ví en el juego pasado. Es alguién bastante impulsivo que no dejaba de mirarme con fascinación por mi manera de jugar. Esa vez tuve suerte y logré irme del lugar antes que él.
Niragi; ese es su nombre. El tipo de la katana lo mencionó.

No podré irme de este lugar hasta que Niragi se vaya. No me fío de él ni de los hombres que lo acompañan a excepción del que se llama Aguni. Ese es más comprensivo, suspiro y observo la tienda. Es de ropa elegante, decido mejor esconderme en los probadores.

Los asientos son de terciopelo, son bastante suaves. Recargo mi cabeza en la pared.
Esto será largo, aunque nada me apresura. Puedo aguantar hasta que ellos se vayan, aunque no sé cuanto rato van a tardar. Me quito la mochila de mis hombros y saco mis tres cartas.

Las ordeno bien y las guardo en un bolsillo secreto que tengo en mi mochila, mochila que encontré en una tienda para irse de viaje al bosque. Es bastante práctica y nos incómoda al momento de jugar. Adentro de la mochila tengo unos cambios de ropa, agua, ropa interior y una toalla. No necesito más.

En eso recuerdo al joven que estaba en mi primer juego. Su cabello era gris, casi blanco. Tenía una mirada bastante misteriosa, sus ojos llamaron demasiado mi atención. Bueno, más bien...todo de él...aunque nunca pude saber su nombre, ni tampoco me acerqué a él..ya que lo único que quería hacer esa vez, era irme a mi casa, aún quiero ir a casa...

𝐻𝐼𝑀 & 𝐼 ~ 𝐶𝐻𝐼𝑆𝐻𝐼𝑌𝐴 𝑆𝐻𝑈𝑁𝑇𝐴𝑅𝑂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora