-❝Muchas desean estar en mi lugar, pero ninguna podrá ganar su corazón como lo he hecho yo.❞
➳ prohibido copias/ adaptaciones
➳créditos al autor original de princesa encantadora
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El jardín era un lugar para distraerse y relajarse, e incluso para admirar las distintas especies de flores que se hayan en él. El jardín era uno de los lugares favoritos de Claude, él siempre descansaba bajo la sombra de un árbol, sintiendo como la brisa golpeaba suavemente en su rostro y despeina levemente sus hebras doradas, si doradas, el cabello de Claude brillaba tanto que parecía oro y esos ojos que parecen joyas, esas joyas que brillan cada vez que la ve. El segundo príncipe siempre iba al jardín a esperarla, siempre se reunían en el mismo lugar, porque a ella le encantaban las flores y a él le encanta ver como ella sonríe.
—¡Claude! —Escuchó la voz de la persona que estaba esperando. —¿Llegué tarde? ¡Lo lamento mi madre no me dejaba ir! —Claude ignoró el hecho de que ella había llegado tarde, si es por el esperaría una eternidad por tan solo verla.
—Victoria— Claude hizo una seña de que se sentara.
Victoria, se sentó al lado de Claude, mientras él acomodaba su cabeza en las piernas de su compañera, cerró los ojos disfrutando las caricias que ella le brindaba. Victoria, su dulce flor, su amada Victoria.
—Victoria
—¿Si Claude?
—Prométeme que no me dejaras solo. —Claude movió su cabeza, mirándola a los ojos.
—¡Lo prometo! Estaré siempre con Claude. — Esas palabras hicieron que el segundo príncipe cerrara sus ojos y sonriera levemente, estar con ella le traía paz y calma.
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—Victoria ¿Estás segura que esto está bien? Si nos encuentran haciendo esto...
—¡No te preocupes! Nadie se dará cuenta, después de todo la magia de Claude es poderosa, nadie sabrá quiénes somos si escondemos nuestras identidades con magia.
—Está bien, pero volveremos pronto, porque se darán cuenta de que no estamos en el palacio.
—¡Entendido!
Claude no sabía cómo es que había aceptado ir al pueblo con Victoria, ella siempre quiso ir allí, pero como no tenían permitido salir del palacio, por lo tanto ella nunca pudo ir. A pesar de eso ella le insistió tanto que él dió el brazo a torcer y allí estaban, ahora no le importaba que lo descubran, mientras pueda verla ser feliz era más que suficiente.
Aunque al final los descubrieron que habían salido del palacio, para ambos valió la pena, Victoria descubrió muchas cosas nuevas y Claude pudo verla sonreír todo el tiempo.
Haría lo que sea por volver a ver esa sonrisa.
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