Capitulo 1- Vi

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Escrito por:
Oníricabooks y Emerielbooks

[FanFiction- Vi y Caitlyn- Arcane]

Me ardían los pulmones de correr por aquel apestoso callejón. Los humos de las tuberías y el hedor de los caños no eran problema, por mucho que hubiera pasado los últimos cinco años encerrada en esa prisión, la ciudad subterránea seguía siendo parte de mí. 

Me giré a comprobar si seguían persiguiéndonos aquellos gorilas de Silco. Por mucho que quisiera romperles la mandíbula tener un navajazo en el estómago era un inconveniente bastante molesto. Se me estaban empezando a embotar los sentidos y a nublar la vista así que paré para apoyarme en una pared .

–Vi, ¿ Puedes seguir andando? ¿ Necesitas apoyarte en mí?

–No te preocupes por mí pastelito, sobreviviré. –Me toqué  en el punzante dolor de mi costado, aún no había podido comprobar como de malas eran las noticias. No es que fuera la primera vez, cinco  años dan para muchas malas historias.

–No lo parece, y mi nombre es Caitlyn. –se había agachado para hablarme, al parecer llevaba sentada un rato en el suelo sin darme cuenta.

Se me escapa una media sonrisa. Aún sujetándome el costado con la mano izquierda apoyé la cabeza en la  rodilla. 

 Al alzar la vista estaba a un palmo de mí, aunque a penas conseguía fijar la vista me vino su perfume, lilas. Inspiré.

– Que bien bien hueles pastelito. 

–Ya te he dicho que me llamó Caitlyn.

–Pero eres dulce y hueles bien, como un pastelito... –sus ojos azules sorprendidos se quedaron mirándome unos segundos hasta que se percató de la seguramente escandalosa pérdida de sangre.

–Vamos Vi no podemos quedarnos aquí, te estás desangrando – dijo intentando levantarme, así que hice un último esfuerzo por continuar y me deje llevar, por una vez. Deje que me guiara por los callejones, deje que me tumbara en la cama de un cuchitril y que me limpiara la herida. No recuerdo mucho más de esos instantes, solo sus finas manos manchadas de mi sangre hasta que me desmayé en algún momento.

Cuando volví a despertar noté una presencia a mi lado, giré mi cabeza con pesadez para mirar y ahí estaba ella. Sentada en una silla mientras dormía, el sueño la habría vencido en algún momento de la noche mientras me vigilaba. –qué tonta– tenía la cabeza girada hacia mí, sus facciones relajadas, respiraba despacio y tranquila, por primera vez, tan bella que sentí la necesidad de tocarla para asegurarme que de verdad estaba ahí y no seguía dormida. 

Despacio le acaricié el pelo pero abrió los ojos y bruscamente me sujetó la muñeca sorprendida. Miró mi mano y se percató del lugar donde estaba durmiendo así que me soltó corriendo y volvió a sentarse con la postura tensa y recta de siempre. 

–Por fin estás despierta, ¿Cómo... ¿Cómo estás?– se volvió a colocar un mechón de pelo detrás de la oreja. 

Incorporándome para ver qué me había hecho en la herida comprobé que estaba vendada insultantemente bien. Reí.

–Tienes buenas manos, no solo para disparar ese rifle. 

–Por supuesto- dijo orgullosa- son cosas que debemos saber, si algún compañero lo necesitase...-

–No deberías haberte molestado. – la corté, pensé que deberíamos movernos y seguir buscando, Powder debía de estar en alguna parte, necesitaba encontrarla así que empecé a levantarme, sentándome en el borde de la cama. Ella se levantó automáticamente para impedírmelo poniendo una mano en mi hombro, obligándome a sentarme de nuevo.

"Lilas y suspiros en Piltover" (Parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora