14.-¿QUIERES SER MI ESPOSO?.

184 45 60
                                    

 Minho y Taemin se encontraban justo afuera de la casa de los padres de este último. Estaban a punto de tocar el timbre, pero no hubo necesidad de hacerlo, ya que la puerta se abrió antes. Un hombre de unos 60 años, con una gran sonrisa, estaba parado enfrente de ellos.

—¡Tae, hijo! ¡Minho, pasen por favor!

—¿QUÉ? ¿'Tae, hijo'? ¿Minho? ¿Acaso estoy aún durmiendo y esto es un absurdo sueño? 

Taemin dio dos pasos atrás para ver si era la casa de sus padres o si se habían equivocado. Pero no, era la casa correcta; no había otra igual en ningún lado. Era una construcción especial, hecha a petición de su madre.

Minho lo volteó a ver, dedicándole una sonrisa y con la mano puesta en su espalda lo empujó suavemente para que entrara.

—Vamos, pequeño, no hagamos esperar a tu madre, que cocinó especialmente para nosotros y huele muy bien.

—¿Qué diablos está pasando? —exclamó Taemin.

—Sí, Tae, Minho tiene razón, tu mamá hizo brochetas de cordero y pollo frito, tus preferidos. —El señor Lee los guió hasta el jardín trasero, donde una mesa estaba dispuesta bajo una gran sombrilla.

—¡MIN-HEE!, ¡YA LLEGARON LOS CHICOS! Pónganse cómodos mientras ayudo a tu mamá a traer los platillos. —Yo voy a ayudar, usted quédese aquí, señor Lee —Dijo Minho.

Al escuchar esto, Taemin se quedó mirando a Minho con cara de pocos amigos. La incomodidad no pasó desapercibida para su papá, por lo que insistió en ir a ayudar a su esposa.

—Minho, ahora mismo me vas a explicar, ¿cómo es que mis padres te conocen? ¿Y por qué sabían que veníamos? —Minho solo levantó los hombros y puso cara de —No sé de qué me hablas.

Y antes de que pudiera decir más, el matrimonio Lee se hizo presente llevando unas charolas con comida. Minho se levantó de inmediato y ayudó a su suegra.

—¡Ahhhh! Qué alegría tenerlos aquí. —Dijo Min-Hee.

—¡BASTA! —Gritó un enfadado Taemin. —Ahora mismo me van a decir qué demonios sucede aquí. ¿Por qué están actuando como si no pasara nada? ¿Y tú, Minho, por qué te prestas a este maldito juego?.

—Pequeño, no soy yo quien deba decírtelo, pero tus padres lo van a hacer. Solo promete que vas a escucharlos hasta el final y después puedes irte si te sientes incómodo. Nadie te detendrá porque estás en tu derecho de hacerlo.

Taemin, aún rojo por la molestia, asintió solo con la cabeza y se sentó para oír lo que tenían que decir sus padres. Se lo debía a Minho, por ser como era con él: paciente y cariñoso.

—Escucho. —hizo un ademán con la mano.—

Su padre fue el primero en tomar la palabra.

—Tae, hijo. Tu madre y yo te pedimos mil disculpas por haberte tratado como lo hicimos. Estuvimos cegados por la necedad de no querer entender que en el corazón no se manda. No queríamos ver la verdad; estabas viviendo tu vida como creías que era correcto hacerlo, y nosotros, en lugar de orientarte y advertirte que hay gente abusiva disfrazada de bondad, te arrinconamos al grado de que llegó el momento en que ya no podías moverte ni pensar claramente las cosas. 

Ahora fue el turno de su madre.

—Mi bebé, perdona nuestra ignorancia. Pensábamos que hablándote con palabras hirientes haríamos de ti un hombre fuerte e independiente, sin ver que ya lo eras. Pero lastimamos tus sentimientos y menospreciamos tu valentía. La valentía que tuviste al denunciar al tipo que te maltrató física y psicológicamente durante tres años.

EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES (2MIN)(🌈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora