Cuando llegó a la estación de autobús eran las cinco y media de la mañana, todavía no había amanecido. Esperó y esperó... se hartó, se levantó y fue andando hacia comisaría; al salir y de haber contado todo, cruzó la calle, estaba distraída escuchando música y por suerte un taxi que iba a una velocidad muy rápida no la atropelló.
- Oye joven, perdón, no sé que me ha pasado, aceleré y menos mal que no la he atropellado.
- DIOS, ¿ESTÁS LOCO O QUÉ? CASI PIERDO AHORA MISMO LA VIDA Y SIGO CON EL SUSTO EN EL CUERPO.
- Perdón; esa no era mi intención, no soy un loco que acelera porque sí y atropella a chicas adolescentes sin motivo. Da gracias a que levantaste la cabeza y de reflejo viste el taxi.
- Sí... bueno, me he puesto histérica, he tenido una noche horrible. Los dos hemos tenido la culpa; yo distraída y tú a una velocidad incontable, no hemos sufrido daños, eso es lo bueno.
- Tienes razón. Bueno, tengo que seguir mi trayecto, ya sin acelerar más, no quiero que algo parecido a esto vuelva a suceder...
- ¿Me podría llevar a casa de mi amiga? le pagaré.
- Claro. No hace falta que me dé dinero, joven.
Volvió la calma. El taxista dejó a Emma justo enfrente de la casa de Katy (pensó que en el fondo no era tan mal hombre). Ésta abre la puerta; y recibe a Emma con los brazos abiertos. Todavía con el miedo en el cuerpo... da un sorbo al té que le preparó.
Las dos asisten a clase a tercera hora. Mandi y Emma se verían en la hora del recreo y ésta le daría motivos del por qué se fue a la noche. Mandi le cuenta que estaba muy preocupada por ella, que pasó toda la noche llorando, pensando que ya no vería más a su hermana pequeña. Al fin, se dan un abrazo, no un abrazo cualquiera, uno eterno.
''Mamá, te quiero'' le decía Emma a su madre nada más llegar y dejar la mochila en las escaleras. Ésta va a por su hija y la levanta en peso dándole un beso en la frente. ''Ya, ya está, mujer... me has dejado la marca de tu pintalabios''. Se echan a reír las dos.
- Cariño, quiero que sepas que tu padre ya se fue de aquí. No sé quién habló con la policía y le contó todo, pero estoy agradecida de todas formas; todo este tiempo he estado ciega, nunca me di cuenta de que Robert nunca me quizo y que es un cretino. Los últimos años me hizo mucho daño, yo lo ocultaba, porque no quería verlas a las dos a Mandi y a ti pasarlo mal, ¿sabes?. Sé que esto es duro pero la vida sigue.
- Fui yo. Yo misma fui a chivarme y a contar toda la verdad, mamá. Verás que serás feliz sola o con otro hombre, que te respetará y te hará sentir mariposas en el estómago. La verdad es que no entiendo nada de nada sobre el amor, pero de eso se trata, de dar y recibir cariño y aprecio de la otra persona, ¿no?. Por favor, dime que no nos mudaremos más, aquí estoy genial.
- ¿Tú estás enamorada?...
- ¿YO? ¿ENAMORADA? no... bueno... NO SÉ, mamá me acabas de poner en un apuro...
- Atiende a los estudios y déjate de boberías.
En ningún momento lloró delante de su madre, pero a escondidas lo hacia a menudo, así se aliviaba; nunca supo que era un padre según ella era el hombre de la familia, el que trabajaba y comía, pero nunca daba cariño, una persona de sentimientos duros y nada sensible. A medida que pasaban las semanas, asimilaba más que tenía que ser fuerte sí o sí, junto a Mandi y Johanna. Los estudios iban de viento en popa, la amistad de Brad y Emma crecía cada vez más, quién sabe que los dos acabaran juntos... Katy no paraba de apoyarla, siempre dijo que estaría en las buenas y malas rachas de su vida.
ESTÁS LEYENDO
La historia de Emma.
AcakTras nacer en Australia y mudarse a Reino Unido su vida da una vuelta de 360 grados; todo cambia para ella.