Capítulo 1

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El despertador suena a las ocho de la mañana y cuando me giro a apagarlo Emma no está en la cama.

Me meto en el baño y me ducho, no hay nada más relajante ahora mismo que una ducha de agua caliente.

Me enrollo una toalla y empiezo a sacarme el pelo, cuando acabo, me visto con un vaquero claro, un polo de Ralph Lauren que mi madre me regaló por mi cumpleaños y unas air max blancas. Voy bastante arreglada, teniendo en cuenta donde estoy.

Me miro en el espejo, mi pelo castaño no está totalmente seco y el flequillo me cae por los ojos, ya lo tengo muy largo. En fin, salgo del baño y Emma está sentada en mi cama.

La miro con mala cara, pero ni se inmuta.

-Escuchame bien, no vayas de igualada por qué acabarás muy mal, lleva la mirada baja y no te metas con nadie, y mucho menos con Queen, si lo haces, estás muerta porque Alexis te matará.

-No sé donde está la primera clase y no tengo libros.- la miro con cara de perdida, y es porque en realidad lo estoy. No es que me haga especial ilusión pedirle ayuda, pero no tengo otra opción.

-Vale, si te han puesto conmigo es porque vamos juntas a las clases. No te preocupes por los libros, nos los dan allí. Ve detrás mía, ya sabes lo que tienes que hacer.

Cojo mi pequeña mochila y cuando sale de la habitación, la sigo.

Atravesamos el pasillo, bajamos escaleras... La chica se mueve por el lugar como pez en el agua, no sé cuanto tiempo lleva aquí, ni tampoco por qué está, pero estoy segura de que no es tan mala como parece. Al menos eso es lo que intento creer.

La gente me mira pero no es tan malo como pensaba. Por ahora.

El pasillo es bastante amplio, aunque teniendo en cuenta que acaba de sonar el timbre que anuncia el inicio de las clases, este se inunda de gente rápidamente.

Llegamos a la que creo que es nuestra clase y veo como Emma se para delante de mi.

-Nueva, no te acerques a la ventana y por favor, no la líes demasiado.

No sé por qué me ha dicho eso, no tengo pinta de ser de las que la lían, o eso creo, pero asiento con la cabeza y entramos en la clase.

Me siento en uno de los pupitres, no muy lejos de mi compañera y saco una libreta de apuntes y unos bolis de la pequeña mochila que llevaba colgando de mi espalda hace un momento.

-Un nuevo juguete supongo. Te llamaremos Lava, porque no veas como calientas.- me giro, estoy segura de que está hablandome a mí.

-Menuda chispa, vas de mechero o cómo?- digo mientras miro de arriba a bajo a un pelirrojo tatuado, con una de esas miradas de baboso y unas pintas más que raras.

-Y encima contestona, como a mí me gustan.- sus comentarios y su mirada me hacen estremecer.

-Primero aprende a hablar, y luego podrás admirar lo que nunca vas a tocar.- pronuncio esas palabras intentando creermelas.

-No sabes cuanto nos vamos a divertir contigo.

-¿Tu y quién más? Porque si tus amigos tienen las mismas pintas de gay que tu, no creo que deba asustarme.

-No tienes ni idea del error que acabas de cometer.- deja de mirarme y se sienta unas cuantas mesas por detrás de mi.

La clase se pasa tranquila. Quizás es porque estoy pensando en la manera más rápida de salir en cuanto suene el timbre, y así lo hago. Al escuchar el pitido del cambio de clase, recojo y salgo disparada, no sigo a Emma hasta la siguiente clase, si no que me doy media vuelta y me dirijo hacia la habitación.

He tenido suficiente por hoy.

Al llegar a la habitación cierro la puerta con pestillo y me derrumbo.

No estoy segura de poder aguantar esto.

Las horas pasan lentas, me asomo a la ventana de vez en cuando y lo único que veo son pintadas donde pone 'Alexis' , 'Alexis Brooks es el rey' o 'A&Q'. No me había dado cuenta hasta ahora, pero ese nombre está por todos lados.

El resto del día me lo paso llorando, tanto, que cuando mi compañera de habitación llega, ya no me quedan lágrimas.

Se sienta en su cama, quedando enfrente de mí y estoy segura de que va a regañarme, como si yo no fuese mayorcita para saber lo que hago.

-¿No tienes ni idea de con quién que has metido verdad?- me mira como si acabara de cometer el mayor pecado del mundo.

Me encojo de hombros, no estoy segura de qué es lo que debo decir al respecto, pero las palabras salen de mi boca como si tuvieran vida propia.

-No, pero supongo que tu me lo vas a decir ahora ¿no? Y de paso me dices quien es ese tal Alexis Brooks, su nombre está por todas partes.- mi voz suena más cortante de lo que pretendía.

-Me alegra que lo preguntes. Alexis es algo así el rey aquí, nadie sabe cuanto tiempo lleva y no se atreven ni a mirarle, y pobre del que se atreva.- resopla y creo que se da cuenta de que no la sigo pero sigue hablando.

-Él y su séquito de marionetas mandan y nadie hace nada sin su consentimiento. Even, el chico con el que has discutido antes, es su mano derecha.- me mira con compasión y creo que estoy empezando a entenderla.

-Estás en problemas April.- me toca el hombro y se dispone a meterse en su cama.

Ya no parece tan estúpida como al principio.

-Bueno, perdona si te he involucrado en esto. Yo no pretendía...

-Tranquila, debería de haberte advertido antes. Será mejor que descanses, mañana será un día complicado.

Le doy las gracias inclinando la cabeza, nuestra relación empieza a ser la de dos verdaderas compañeras.

Me tumbo en la cama, boca bajo y asimilo lo que me ha contado Emma.

Creo que es más de media noche cuando oigo ruidos en la oscuridad de la habitación. Estoy medio dormida, pero puedo oír la respiración de alguien, y estoy segura que no es la de Emma.

Vienen a por mí, digo para mis adentros y suelto uno de esos gritos silenciosos cuando noto que me cojen y me tapan la boca con un pañuelo.

Intento patalear, gritar o zafarme de ellos pero me es imposible. Poco a poco se me relajan los músculos, no tengo fuerzas y se me cierran los ojos.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2015 ⏰

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Por su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora