𝐂𝐇𝐄𝐌𝐎 [𝐘𝐄𝐎𝐍𝐇𝐘𝐔𝐍]

C A P I T O L O XV

—Taehyunnie, ¿Desde hace cuánto lo sabes?— Preguntó Yeonjun, el menor estaba sentado en su regazo, recibiendo mimos en su espalda y en su corto cabello oscuro.

Su chico bonito había llorado por mucho rato, una hora o más, y Yeonjun lo había consolado y repetido una y otra vez que no lo abandonaría y que lo amaba más que todo lo que estaba pasando, que era más valioso que eso y no podía desperdiciar una joya como él, porque si no, sería el más grande de los idiotas.

Después de su última relación, no podía culparlo de que tuviera miedo de algo así, por lo que no se lo tomó personal y solo se encargó de recordarle la verdad.

—Que la quimio no estaba funcionando lo sé desde antes de que te operaran, y que ya no había nada que hacer por mí unos días antes de que te dieran el alta.

—¿Y por qué no me dijiste?— Murmuró el pelinegro, aunque ya se hacía una idea de la respuesta.

—Porque no quería hacerte mal y ya te estabas recuperando, una noticia así iba a hacer que empeoraras y no quería que siguieras enfermo.

Yeonjun acarició sus mejillas.

—Es muy dulce de tu parte, nene— Dijo, haciendo que sonriera. —Eres un amor, Taehyun, desde el primer día que te conocí lo supe.

—¿Ya te vas a poner sentimental?— Dijo Taehyun con una sonrisa penosa. —Guárdalo para el discurso en mi funeral, Yeonjun, no-— El beso del mayor sobre sus labios lo hizo callar. —Y-Yeonjun— Murmuró contra sus labios.

El mayor insistió hasta que Taehyun siguió el beso, moviéndose suavemente a la par y con tranquilidad, se besaron por largos segundos hasta que consideraron que era suficiente.

—¿Ya no puedo ponerme sentimental con mi novio?

Taehyun sonrió con algo de pena, el rubor subió a sus mejillas.

—Yeonjun eres muy bueno y quiero que siempre recuerdes que te mereces esto— Tomó su mano y entrelazó sus dedos. —Mereces sanar y mereces vivir y mereces ser feliz.

—Tú también lo mereces, Taehyun.

Taehyun bajó la vista a sus manos unidas, y protegió entre sus manos la mano del mayor antes de suspirar de forma pesada y murmurar:

—A veces no siempre tenemos lo que merecemos, y no hay nada que hacer con ello, por eso es mejor disfrutar de lo que queda.

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