Frío momento ¡Dudley Dementado!
Narra Lily
El día más caluroso en lo que iba de verano llegaba a su fin, y un silencio
amodorrante se extendía sobre las grandes y cuadradas casas de Privet Drive.Los coches, normalmente relucientes, que había aparcados en las entradas de las casas estaban cubiertos de polvo, y las extensiones de césped, que solían ser de un verde esmeralda, estaban resecas y amarillentas porque se había prohibido el uso de mangueras debido a la sequía.
Privados de los habituales pasatiempos de lavar el coche y de cortar el césped, los habitantes de Privet Drive se habían refugiado en el fresco interior de las casas, con las ventanas abiertas de par en par, en el vano intento de atraer una inexistente brisa.
Los únicos que nos habíamos quedado afuera eramos mi hermano y yo que estabamos tumbados boca arriba en un parterre de flores, frente al número 4.
Mi hermano era un chico delgado, con el pelo negro y con gafas, que tenía el aspecto enclenque y ligeramente enfermizo de quien ha crecido mucho en poco tiempo.
Llevaba unos vaqueros rotos y sucios, una camiseta ancha y desteñida, y las suelas de sus zapatillas de deporte estaban desprendiéndose por la parte superior.
Yo tambien era una chica delgada que en poco tiempo me desarrolle bastante, mi cabello rojo apagado como el de mi madre, aún llevaba un desaliñado traje con una falda desteñida que no me dan ganas de arreglar, y debajo tengo pantalones ligeramente disimulados y una camiseta de mangas cortas, aunque me muera de calor no quitare los pantalones.
Era un poco más alta que mi hermano y mi cabello largo y ligeramente desordenado.
El aspecto de nosotros Harry y Lily Potter no nos da para ganarnos el cariño de nuestros vecinos, quienes eran de esa clase de gente que cree que el desaliño debería estar castigado por la ley; pero como nosotros nos habíamos escondido detrás de una enorme mata de hortensias, esa noche los transeúntes no podían vernos.
De hecho, sólo habrían podido descubrirnos nuestro tío Vernon o nuestra tía Petunia, si hubieran asomado la cabeza por la ventana del salón y hubieran mirado hacia el parterre que había debajo.
En general, Harry creía que debía felicitarse por haber tenido la idea de esconderse allí.
Quizá no estuviéramos muy cómodos tumbados sobre la dura y recalentada tierra, pero al menos en aquel lugar nadie nos lanzaba miradas desafiantes ni hacía rechinar los dientes hasta tal punto que no podíamos oír las noticias, ni nos acribillaban a desagradables preguntas, como había ocurrido cada vez que habíamos intentado sentarnos en el salón para ver la televisión con nuestros tíos.
De pronto, como si aquel pensamiento hubiera entrado revoloteando por la ventana abierta, se oyó la voz de Vernon Dursley, nuestro tío.
-Me alegro de comprobar que esos chicos ha dejado de intentarse meter donde no los llaman. Pero ¿dónde andarán?
-No lo sé -contestó tía Petunia con indiferencia-. En casa no están.
Tío Vernon soltó un gruñido.
-"Ver las noticias"… -dijo en tono mordaz-. Me gustaría saber qué es lo que se traen entre manos. Como si a los chicos normales les importara lo que dicen en el telediario. Dudley no tiene ni idea de lo que pasa en el mundo, ¡dudo que sepa siquiera cómo se llama el Primer Ministro! Además, ni que fueran a decir algo sobre su gente en nuestras noticias…
-¡Vernon! ¡Chissst! -le advirtió tía Petunia-. ¡La ventana está abierta!
-¡Ah, sí!… Lo siento, querida.
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Mellizos Potter en la Orden del Fénix
FanfictionHarry y su hermana Lily luego de la horrible experiencia del Torneo de los tres magos siguieron inquietos por lo que podría pasar este año y lo que ocurriria en Hogwarts este año. La llegada de una nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras...