Liberty
— Trent, ¡Dame mi pote de helado! — chillé, apretando los dientes.
El idiota de mi hermano me sacó la lengua y empezó a dar saltitos.
— Mmm, ¡Más tarde! — indicó, socarronamente.
Suspiré cruzándome de brazos; Era vergonzoso estar peleando con mi hermano de diez años porque no quiere darme mi kilo de helado.
— ¡Mamá, Trent no me da el pote y debo guardarlo en la valija! — grité, mirando la puerta.
Escuché que mamá le grito algo a papá, lo cual no entendí, y caminó hacia la puerta, abriéndola de un portazo.
— Trent, o le das el helado a Liberty, o te rompo la Play-Station. — me enredé un mechón de pelo en mi dedo, observándolo a mi hermano con cara de "¡Ha-ha!"
Mi hermano bufó, y me dió mi envase de helado, abriendo la puerta y llendo de seguro a ver si su consola sigue en pie.
— Chelsea va a venir a despedirme. — avisé, "envalando" con cinta mi pote de helado.
Sus ojos perdieron el brillo, factor el cual siempre ocurría cuando hablaba de Chelsea, mi mejor amiga.
— Ugh, ¿Esa morocha deserebrada otra vez? — se quejó, rodando los ojos.
Suspiré pesadamente, festejaba que me iba a ir de esta casa de locos, ya que no aguantaba más a mi familia.
— Perdona, Liv. — se apoyó en el marco de mi puerta, haciendo una mueca. — ¿Estas segura que quieres irte? —
Asentí rotundamente, cerrando el cierre de la valija.
— ¿A donde irás? — preguntó, curiosa. Con que el espíritu materno ha salido de ella ¿No creen?
Saqué la valija de la cama, colocándola junto a mi valija pequeña.
— No lo sé, mamá. — respondí, acomodando un mechón de pelo tras mi oreja. — Un hotel barato, tal vez.
Iba a preguntar algo, pero el chirrido del timbre la detuvo.
Te amo, Chelsea.
— Ire a atender a Chelsea. — sin más, deje las valijas tranquila y bajé de a saltitos la escalera.
Ya en planta baja, saqué la llave y la coloqué en la cerradura, dando una vuelta, y abriendo la puerta.
— ¡Liv! — exclamó euforica mi amiga, abalanzándose sobre mi.
Luego de abrazarnos como dos amigas que no se ven hace un año, la invité a entrar, y nos lanzamos en el cómodo sofa de cuero del living, frente al televisor.
— ¿Tienes tiempo, Liv? — preguntó Chels, con una sonrisa en el rostro.
Asentí, sentándome en canastita. Con una perversa sonrisa, agarró el control remoto y prendió el televisor, buscando en el menú un canal.
— Si piensas ponerme algo subido de tono, ve olvidandolo porque mis papás estan aquí — advertí, levantando una ceja.
Chels se echo a reir, y negó con la cabeza. Luego se metió en el canal de Sony, y me echo una rápida mirada.
— Shh. — me calló, mirando el televisor otra vez.
En la pantalla apreció una animación con letras inmensas, formando la oración "The Voice", me sonaba de algún que otro reality de talentos, y por el título, de canto. En eso, una breve presentación del capítulo presento a los "jueces", entre ellos, ninguno se me hacía familiar, ni nada cercano.
— Chels, ¿Para que quieres que vea esto? — preguntó, resoplando.
Mi amiga rió y negó reiteradamente moviendo su cabeza.
— Simplemente mira. — ordenó, todavía riéndose.
En eso, una franja tapó el cuarto inferior de la pantalla, mostrando un teléfono.
"¿Buscas trabajo y no tienes experiencia? ¡Llama a Universal Studios y inscríbite como asistente de las estrellas! ¿No tienes dinero para hospedarte en Hollywood? ¡No te preocupes, nosotros te lo brindaremos gratuitamente! "
¿Trabajo? ¿Asistente? ¿Hollywood?
¿HOSPEDAJE GRATUITO Y ESTRELLAS?
— ¡CHELS, PASAME MI CELULAR YA MISMO! — grité, enérgica.
Esta se echo a reir, y se paró bruscamente, agarrando mi celular y tirándomelo en la cara. Luego de acariciar mi golpeada nariz, rápidamente lo desbloqué y marqué el número en pantalla.
— Hola, esta comunicándose con la empresa Universal Studios, ¿Qué necesita? —
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— Liv, te extrañaremos mucho en casa. — rodé los ojos, mientras mi madre se lamentaba y suplicaba que me quede.
Suspire con una sonrisa.
— Lo sé, pero es hora, mamá. — afirmé,
Antes de que siguiera con sus suplicas maternas, le dí un cálido abrazo. Luego repetí el mismo proceso con mi papá, el cual lo recibió aríscamente, y mi hermano, inocentemente, abrió los brazos para un abrazo, y cuando lo iba a recibir, ¡Zas! Le pegúé mi deseada cachetada.
— ¡LIV! — gritó mi mamá.
Antes de incidentes, agarré mis valijas, y corrí a la puerta, abriéndola y saliendo con agilidad. El auto de Chelsea me esperaba afuera, ya que, ella tenía un talento en la conducción, y yo, con orgullo, había reprobado tres veces el exámen.
Miré por última vez mi casa, su bonito estilo victoriano, y sus gastados y llamativos tejados celestes.
— ¡Hasta nunca, familia! — exclamé maliciosamente, corriendo al auto.
El tiempo había llegado: Ya oficialemente estaba fuera de la propiedad de los Brown.
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PD: ¿Les agrada el trailer? Perdonen a la insoportable Theresa, ♥
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Could I? » Bajo revisión
HumorLiberty quería huir de su vida. ¿Por qué? No soportaba su vida con sus insoportables y gruñones padres, y su pequeño e insufrible hermano. ¿Solución? Escapar. Sus 19 recién cumplidos la llevan a una cuestión, sabiendo que es mayor de edad, y eso...