two; moonlight

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lourdes pov

Miré la hora, 10:30 p.m. no veía la hora de que llegara el taxi, necesitaba alcohol urgentemente.

Hoy era mi segundo día en esta ciudad y digamos que no estaba siendo nada de lo que esperaba, ya me había peleado con mi nueva vecina y también con mi nuevo jefe.

La pelea con mi nueva vecina fue una discusión que apenas duró 15 minutos, pero esos 15 minutos bastaron para dejarme de mal humor por el resto del día.

La razón para mi otra pelea con mi jefe, fue por el simple hecho de que yo no quería escribir un artículo sobre ciencia. Yo trabajaba para una de las revistas más conocidas del país, básicamente soy escritora, desde chica me gustaba todo lo relacionado a escribir en una hoja de papel.

Mi jefe me había asignado esta semana para el apartado de "ciencias" para eso, mañana tendría que ser entrevistada por una científica muy importante, una tal Martina Benza, realmente no la conozco, no me malinterpreten, me gusta la ciencia pero no es lo que más me interesa para escribir en el mundo.

En fin, tendría que ser voluntaria para una entrevista que serviría para su nuevo proyecto sobre el enamoramiento en el cerebro, y luego dar un reportaje para la revista sobre qué tratan sus preguntas.

No puedo negar que me interesaba bastante este nuevo estudio, pero a la vez me ponía de mal humor tener que escribir de algo sobre que no tengo la más mínima idea, a mi me gusta saber de lo que escribo, y en este caso soy una novata.

Para mi buena suerte, mi jefe estaba realmente desesperado porque alguien de la empresa escribiera el apartado de ciencias, se ve que la mayoría no esta interesada en escribirlo, asi que ofreció darme un aumento.

El taxi ya había llegado, subí y le indiqué al conductor donde quedaba el boliche, no era muy lejos la verdad, pero no me gustaba mucho el hecho de tener que ir caminando sola a las 11:00 de la noche, mejor prevenir que curar suelen decir.

Entré al lugar y fui directamente a la barra, mientras iba observando la gente que había allí, la mayoría de chicas estaban bailando mientras los chicos veían, tomaban y reían, algunas parejas conversaban, y otras se besaban como si fueran los únicos aquí.

Mientras iba llegando a la barra pude observar de espaldas a una chica rubia que llevaba un vestido negro, estaba parada por lo que la pude observar de pies a cabeza, aunque simplemente me pare al lado para esperar a que me atiendan.

Pude ver que no estaba sola, estaba en grupo con otras 3 chicas, dos rubias y una pelinegra, que no se quedaron mucho allí, se fueron y la rubia se quedo sola sin darse cuenta. Hasta que miró que no había nadie junto a ella.

-Buenísimo ahora voy a tener que socializar. -la escuché decir en un susurro. Creo que pensó que nadie la estaba oyendo.

Me dió risa que le pareciera tan desagradable tener que socializar, normalmente las personas que conocía iban a un boliche a conocer gente nueva.

-Nunca había visto a alguien en un boliche que se sienta tan mal por socializar. -dije en tono de chiste, intentando iniciar una conversación.

La chica se dió vuelta hacía donde provenía mi voz y simplemente se me quedó observando de pies a cabeza, me analizó de arriba a abajo lentamente, como si estuviera tratando de descifrar algo, se detuvo en mis ojos.

Era rubia de ojos marrones color miel, tenía una nariz pequeña con un arito del lado derecho que brillaba por los reflejos de las luces, sus labios eran finos, no eran muy carnosos, pero si era muy hermosa, volviendo a observar su vestido negro me di cuenta que este tenía un poco de encaje en las tiras.

En medio de mi analización, contestó a lo que había dicho hace unos segundos.

-Realmente no me agradan mucho los boliches- dijo mirandome a los ojos. -Ni la gente. -rió, su risa era muy tierna.

-¿Y se puede saber por qué estas en el lugar donde básicamente se viene a socializar si no te gusta? -dije siguiendo la cadena de risas.

-Obligación de mis amigas -respondió. -dicen que paso mucho tiempo encerrada y estresada.

-No voy a decir que tienen razón porque no te conozco. -pausé y pregunté -¿Cómo te llamas?

-Martina. -dijo - ¿Y vos chica de ojos verdes?

-¿Chica de ojos verdes? ¿ese apodo decidiste ponerme aunque nos conozcamos hace 5 minutos? -reí, tenía muchos apodos pero nunca eran por el color de mis ojos.

-Si, es la única cosa que pude observar que más te destaca. -dijo también riendo.

-Me llamo Lourdes, pero me gustó ese apodo igual. -respondí a su pregunta anterior.

-Me alegro entonces. -me sonrió, tenía una sonrisa hermosa, basta lourdes. - ¿Y se puede saber qué haces vos acá?

Iba a responderle, pero justó el bartender llegó a preguntarnos qué ibamos a tomar.

-Un campari. -dijimos al unísono, reímos por nuestra coincidencia.

-Dos camparis entonces. -dijo el bartender sonriendo con ¿ternura?

El chico que manejaba la barra nos entregó nuestros tragos y nos fuimos a un lugar más alejado de la gente para poder hablar sin la necesidad de gritar, no había mucha luz en el lugar pero si la suficiente para poder ver sus ojos que tanto me empezaron a gustar en apenas 20 minutos.

-Entonces... -prosiguió Martina. -¿Qué haces hoy acá?

-Si soy sincera te digo que tuve un día de mierda y apenas es el segundo en esta ciudad. -le dije y ella rió.

-¿No sos de acá? -yo negué con la cabeza. -¿De donde sos?

-En realidad si soy Argentina, pero vivi mucho tiempo en Londres, por tema de trabajo. -le expliqué.

-¿De qué trabajas? -iba a responderle hasta que dijo -Perdón si pregunto tanto, es que realmente me gusta descifrar a la gente. -rió de nuevo, que hermosa risa tenía por dios.

-No pasa nada. -dije riendo. -Supuse que te gusta descifrar a la gente por como me observaste cuando me viste por primera vez.

Apenas le recordé eso se sonrojó, no pude verla con mucha claridad por la oscuridad del ambiente, pero si se pudo notar un leve rojo en sus mejillas que delataron su visible sonrojo.

-S-si es que, siendo sincera, me pareciste demasiado linda y a la vez me diste un poco de intriga. -dijo tartamudeando -No pude evitar tratar de descifrarte.

-¿Y pudiste encontrar algo? -le pregunté acercandome un poco a ella.

-No mucho pero, quién sabe. -dijo tomando un sorbo de su vaso mientras también se acercaba. -Todavía me queda la otra mitad de la noche para hacerlo.

Estabamos demasiado cerca, mis ojos estaban en los suyos, pero los de ella estaban en mis labios, reí mentalmente por eso, yo también quería besarla, pero decidí dejarlo para más tarde.

-Soy escritora, trabajo para una revista. -le dije respondiendo a su pregunta pasada.

Supuse que se había olvidado de que ella misma me había preguntado eso ya que se sorprendió a mi respuesta y a mi lejanía.

-Eso es bueno. -dijo riendo, ya sabía lo que planeaba, es como si hubiera leído mis pensamientos.

martina's pov

El tiempo había pasado, al igual que los tragos por nuestra garganta, las dos estabamos muy borrachas como para formular alguna palabra entera.

-Y entonces le dije que no volviera a hablarme. -dijo Lourdes riendo. -Ella nunca me valoró realmente, me arrepiento de haber salido con ella.

-Que exes idiotas tenes. -le respondí tambaleando. -Si fueras mi novia no podría estar con otra persona. -le dije sin medir mis palabras.

Ella dejó de reir primero, luego yo caí en cuenta de lo que había dicho, la había cagado de todas las maneras posibles, pero justo cuando pensé que todo iba a ser incómodo.

Me besó

Me besó como nadie lo había hecho

Y yo también la besé.

formula of love; martuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora