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Seguí hacia el patio y cuando me cruze con él observe a donde se dirigía, él iba entrando así que retrocedí y emprendí marcha hacia el lugar a donde se dirigía.

Lo sigo por pasillos y entra a un salón, me acerco y me doy cuenta de que es donde tenemos instrumentos musicales, yo estoy en la pared observando por la rendija de la puerta lo que hace. Él está caminando frente a los instrumentos, se para frente a las guitarras y toma una eléctrica.

Yo tengo cuidado con que no vea que lo estoy observando, él solo está pasando su mano por las cuerdas y comienzo a desesperarme, entonces comienza a tocar, comienza tocando notas que me relajan y me distraen, por alguna razón, el sonido que esta produciendo me gusta, y cambia a tocar una canción que si conozco "love you so" y le sale muy bien.

Veo como abre la boca como para cantar o decir algo, pero vuelve a cerrarla, luego la abre nuevamente pero a diferencia de la otra vez ahora si gesticula palabras.

- es de mala educación espiar a los demás - dijo sin dejar de tocar la guitarra, su voz es un poco ronca y tiene tono juguetón.

Al principio no entendí lo que decía hasta que dejó de tocar y giro su cuerpo hacia la puerta, es entonces que me doy cuanta de que tal vez le llego a pesar mi mirada y se percato de que lo observaba.

Yo me quedé quieta sin mover un solo musculo y él camino a la puerta, la abrió y me miró directamente a los ojos, sus ojos me hipnotizaron y por alguna razón, mi corazón se aceleró.

Su mirada me inspira confianza y en ella se refleja alegría, bondad, felicidad, pero al mirar atentamente te das cuenta que en el fondo esa mirada te inspira miedo, desesperación y agonía.

-¿y bien? - dijo él.

- ¿qué? - dije aún bajo el hechizo de sus ojos.

- ¿que hacías detrás de la puerta espiando?, ya se, lo que pasa es que te enamoraste de mi en cuanto me viste y decidiste seguirme, ¿cierto?

- no, de hecho pasaba por aquí y escuché un ruido, creí que era un fantasma pero me alegra que no sea así.

- claro.

Nadie dijo nada hasta que reaccione y mire la hora en mi teléfono, faltaban 15 minutos para que empezará la clase y decidí irme ya.

- bueno bye que ya casi empiezan las clases - me despedí.

- bye, pero antes de que te vayas ¿cómo te llamas?

- ¿acaso ya te enamoraste de mi? - me asegure de parecer segura y usar un tono de voz juguetón.

- no, pero quiero saber el nombre de mi nueva acosadora.

- Mi nombre es Leilany, pero puedes decirme Leila o Lany, y no te estaba acosando.

-Esta bien acosadora, no estabas acosandome.

Yo rodé los ojos. El tomo sus cosas y salió del aula, cuando aún me podía escuchar le grite.

- ¿CÓMO TE LLAMAS?

- LIAM.

Ya sabiendo su nombre decidí regresar al aula.

...

Al estar en mi lugar observe como una figura masculina entraba y para mi sorpresa, era Liam, se dirigió hasta el fondo y se sentó en un lugar a lado mío, me sorprendió así que lo miré con una ceja alzada y le dije:

- apenas y sabes mi nombre, y ¿ya no puedes estar sin mi? - lo dije con el volumen necesario para que solo el me escuchara

- sueñas, este lugar es el mejor de los que están libres, además a mi me gusta sentarme al fondo, sin importar que personas tenga que soportar, acosadora.

Lo Que Nunca Tendré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora