Liam.
No me apetecía entrar aún al aula así que di paseos por todo el lugar, una vez que me aburrí de estar rondando fuera, me dispuse a entrar y meterme en mi salón correspondiente, al cruzar la puerta que separa el patio de los pasillos de las aulas, sentí como mi cuerpo rozaba contra el de otra persona, no quería entablar ninguna conversación así que ni siquiera eleve mi mirada.
Recorrí pasillos y encontré un salón con la puerta entre abierta, pude distinguir instrumentos musicales.
Que mejor para pasar el tiempo que con la compañía de una guitarra.
Entre y mire varias guitarras, teclados, violines entre otros instrumentos. Yo tomé una guitarra eléctrica y una vez que comprobé que sonaba como quería comenze a tocar notas, se me vino una canción a la mente y pase las melodías de la misma en las cuerdas de la guitarra.
Sentí la sensación de que alguien me observaba pero no le di importancia. Pero nuevamente sentí la mirada de alguien clavada en mi nuca, traté de ignorarlo pensando que solo era mi imaginación, pero escuche un paso mire de reojo la puerta y logre ver unos ojos castaños mirando dentro, iba a hablar pero pensé mejor en que palabras iban a salir de mi boca, hasta que por fin encontré unas.
— Es de mala educación espiar a los demás.
Deje la guitarra que sostenía y camine hacia la puerta, cuando estuve lo suficientemente cerca la abrí y me encontré a una chica de cabello negro que le llegaba un poco mas abajo de la mitad de la espalda, ojos castaños, labios carnosos que me quede mirando un poco más de lo necesario, delgada pero con un cuerpo perfecto a mi gusto, llevaba una sudadera así que no pude admirar mucho la parte de arriba de su cuerpo. Aún estaba agachada de tal manera que tenía que mirar hacia abajo para mirarla a los ojos, tenía la mirada perdida y la boca ligeramente abierta.
— ¿Y bien? — le pregunte mientras miraba sus ojos, se me hacía familiar.
— ¿Qué? — contestó de una manera torpe.
Una vez que reacciono y me miró fijamente sentí una sensación que ya conocía, pero que no había vuelto a sentir en mucho tiempo. Detalle mejor a la persona frente a mí y, por algúna razón sentía que ya la conocía, se parecía mucho a una niña que conocí hace tiempo.
Tenían el mismo color de pelo, la misma mirada, y me transmitían la misma sensación, se me herizo el bello de todo mi cuerpo al solo imaginar que podían ser la misma persona. Pero no era posible.
¿O si?
— ¿que hacías detrás de la puerta espiando?, ya se, lo que pasa es que te enamoraste de mi en cuanto me viste y decidiste seguirme, ¿cierto? — hice lo posible para que no se notará el tono sorprendido.
— no, de hecho pasaba por aquí y escuché un ruido, creí que era un fantasma pero me alegra que no sea así. — incluso en la forma de hablar se parecen.
— claro. — no pude evitar una sonrisa en mi cara.
Nos quedamos sin decir nada un buen rato hasta que saco su teléfono y una vez encendido observo la hora en la pantalla.
— bueno bye que ya casi empiezan las clases — fue lo único que dijo.
— bye, pero antes de que te vayas ¿cómo te llamas? — tenia que estar seguro de que no era ella, por más imposible que pareciera.
— ¿acaso ya te enamoraste de mi? — contestó evadiendo mi pregunta y tratando de sonar segura de si misma. Es increíble como se parece tanto a... Ella.
— no, pero quiero saber el nombre de mi nueva acosadora. — utilize esa palabra porque la persona a la que ella me recordaba se refirió a mi de esa forma una vez que me encontró mirándola.
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Lo Que Nunca Tendré
RomantizmUna joven con un pasado que la tortura, logra encontrar amistades valiosas y pasa por obstáculos en su vida. Tiene pocas personas que la apoyan pero son suficientes para poder salir adelante. Hace lo posible por seguir adelante, las personas a su al...