𝘔𝘢𝘯̃𝘢𝘯𝘢. [𝑸𝒊𝒖𝑩𝒊𝒏𝒈]

[Mañana.]

Nota: [Hice este OS a pedido, (Lo siento si no se veía tan bien). Espero que te guste]

Sentir que la persona a su lado se movía, aunque fuera un poco, hizo que Binghe se despertara de su hermoso sueño y se frotara los ojos lentamente mientras se giraba para mirar a su esposo.

"Buenos días Binghe." Esa suave voz de su Shizun, lo hizo sonreír todavía medio dormido.

Miró a Shen Qingqiu con una mirada todavía somnolienta pero una linda sonrisa en su rostro cuando escuchó su voz.

"Buenos días Shizun..." Habló sonriendo y luego se acurrucó en el abrazo del otro, poniendo su rostro en el cuello del otro, suspirando suavemente sintiendo su olor, todavía se veía somnoliento, ya que durmió hasta tarde anoche.

Sintió que las manos de Shen Qingqiu en su cintura hacían lentas caricias, dejando que Binghe descansara un poco más, pero teniendo en cuenta que pronto tendrían que levantarse para hacer un viaje que habían planeado, ya que todo estaba más tranquilo dentro de la secta. y él, como señor del Pico Qing Jing, merecía un descanso, para él y Binghe.

Sonrío al recordar todo lo que él y Binghe pasaron para llegar a esa cómoda fase en la que están ahora.

Al principio, ni siquiera admitió que le gustaba Binghe, no como le gustaban los novios. Pensó que solo quería cuidar y proteger su loto blanco de su destino.

Al final, no pudo hacer que él evitara ciertos dolores y malos momentos. Pero al fin y al cabo consiguió corregir errores y malentendidos.

Ahora estaban casados. ¡Si casados! A veces tampoco creía.

Y estaban felices, vivieron bien después del largo camino de lucha, ahora estaba tranquilo.

Ama mucho a Binghe y ahora lo admite.

Él lo cuidó y lo mimó, con todo el amor que tenía, a pesar de sentir que él no sabía cómo demostrarlo tanto, hizo lo mejor que pudo y Binghe también lo amaba. Shen Qingqiu estaba satisfecho con eso, con hacer feliz al otro.

Shen Qingqiu pensó estas cosas, sobre su vida y sobre su esposo, mientras acariciaba a su Binghe. Este que por el sonido lento y suave de su respiración estaba dormido de nuevo, siendo tan lindo ni siquiera parecía el Lord Luo que era temido por casi todos.

Por supuesto, solo Shen Qingqiu tenía acceso al lado hermoso y adorable de Binghe que nadie más que él conocía.

Mirando la ventana con cortinas blancas y verdes de esa casa de bambú, se dio cuenta de que el día sería bueno, las luces solares brillaban en una mezcla de un tenue amarillo y naranja que entraban por la pequeña parte abierta de la ventana, mostrando que ni siquiera eran las 7:00 a.m todavía.

Suspiró con calma, alejándose un poco de Luo Binghe para tratar de levantarse sin despertar al otro, necesitaba empacar lo que iban a llevar y comenzar el día.