"El último fue Belial. Nunca cayó del cielo espíritu más impuro ni más torpemente inclinado al vicio por el vicio mismo. No se elevó en su honor templo alguno, ni humeaba ningún altar, pues Belial se era suficiente..."
El paraíso perdido,
John Milton.
⸸⸸⸸
Jungkook, como cualquier otro demonio, era capaz de reconocer un alma carcomida por la perversidad, como también era capaz de reconocer un alma pura y bondadosa. Solo bastaba una sutil brisa de la esencia del humano; oler las pequeñas notas que desprende cada cuerpo sin la necesidad de mirarlo. Él, al igual que Dios, tenía la absoluta potestad para corromper y condenar. Incluso si un precioso Serafín decidiera posarse frente a él, Jungkook no dudaría en tentarlo; hacerlo caer bajo sus engaños y consumir en su totalidad aquella luz celestial.
Jimin, ese precioso chico de piel pálida con rizos dorados, no sería la excepción.
Su alma era algo sublime, como la de los pequeños ángeles que corretean felices por las hierbas frondosas en los jardines del Edén. Un peculiar humano, que irónicamente no parecía acordarse del Dios todopoderoso, no hasta el día en que cayó en la desolada isla.
Y Jungkook sabía que si lo dejaba ir, de igual forma Jimin terminaría en el paraíso, disfrutando del coro celestial junto a la legión de ángeles y Dios, el padre creador de todo.
Pero a la mierda Dios y sus jodidos ángeles. Jungkook no era bueno.
Jungkook era un demonio arrogante y cruel, y si debía arrancar las alas a un pequeño Querubín con sus propias garras, no dudaría en hacerlo, incluso lo disfrutaría. Se regocijaría al ver como cae un ser de luz ante sus pies, como es corrompido por las tinieblas. Él no sentía compasión y nada lo detenía ante el deseo propio de querer poseer algo, menos ese precioso humano con rizos de oro.
"Quiero ir a casa, por favor..." había balbuceado Jimin, tan bajito que si Jungkook hubiese sido un simple y miserable humano, no le habría escuchado en lo absoluto.
"No." Le respondió con voz áspera y vio como Jimin se encogía en su lugar.
"Por favor..." se atrevió a insistir, arrepintiéndose en el instante que las palabras abandonaron sus labios.
Cuál relámpago, Jungkook había llegado a su lado, sosteniéndolo por el cuello en un agarre firme y doloroso, ejerciendo presión e impidiendo el paso del oxígeno a sus pulmones.
"No hay nada para ti fuera de esta isla, Jimin." susurró en el lóbulo de su oreja, mientras daba un obsceno lametón en ella.
Disfrutó oler el miedo en Jimin, aún cuando en más de una vez se armó de valor y lo desafió. Disfrutó ser el causante de aquellas gotas saladas que brotaban de sus ojos y rodaban por sus febriles mejillas. Disfrutó en demasía escuchar los sollozos y débiles lamentos, como si aquello fuera la más preciosa de las melodías.
Disfrutó clavar sus afilados colmillos en la tersa piel del cuello de Jimin una y otra vez, logrando someterlo a sus más sórdidos deseos; queriendo corromper, ensuciar y sodomizar a su antojo aquella pureza que mantenía cautiva, privada de libertad.
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Siniestro ⸸ KM.
FanficPark Jimin es el único sobreviviente del accidente aéreo que sufre su vuelo, donde conoce a un hombre sospechoso y es seducido por este. ⚠️Kookmin. ⚠️contenido explicito +18. ⚠️intento de smut. ⚠️Historia completamente mía. ⚠️No copias / No adaptaci...