Tal vez no debí pensar que podría continuar mi vida como si nada el día anterior, pues mi grandiosa persona tuvo que aguantarse al irritante Sunoo con su bolsa de papitas y la boca llena preguntándome que si ya estaba de humor para coordinar eso del trabajo. Me pregunto si ya sabrá que no tengo intención alguna de juntarme con la chusma como él.
Por otro lado, cuando estaba sentado en mi mesa de siempre en la cafetería y a punto de saborear mi sándwich saludable, el tonto novio de Jay vino a cuestionar mi disponibilidad para el trabajo grupal. Mi ceño se frunció como nunca por haber sido interrumpido en una hora sagrada como lo es el almuerzo, así que le solté de mala gana que moviera su feo rostro de mi vista. Me gané una alzada del dedo medio por parte de Jay que estaba cerca, al parecer esperando por su anhelado tonto amor, realmente me dio muy igual pues lo que no me importa no me afecta.
Para coronar el pastel, el idiota de Jake vino detrás mío en la salida ordenándome a reunirme con ellos en un local cerca del parque o si no me iba a ver en serios problemas. No creo que Jake siquiera sepa a quién le habla o dice esas cosas porque yo jamás me veré afectado por simples amenazas infantiles. Creo que debe madurar mucho porque su mentalidad está en decadencia.
A este punto yo creo que les ha quedado más que claro que no me reuniré con ellos para el trabajo, sobre todo porque ha pasado una hora y media desde el tiempo supuesto acordado que dijo Jake. Bueno, mi rostro sí que tenía una emergencia de belleza, esta mascarilla que tengo no habría podido ser puesta si estuviese en un cuchitril cualquiera con esos tres gatos apestosos. Me habían irritado lo suficiente como para merecer un baño de agua templada y aromatizantes en el jacuzzi de mi habitación.
Estaba relajado, hasta que el mayordomo de mi casa llamado Soobin tocó mi puerta alegando que tenía visita. Debí sospechar desde un inicio sobre esta visita inesperada, como no tengo vida social, es muy difícil que alguien quisiese venir a verme de repente. Aunque se morirían por hacerlo, realmente no saben de lo que se pierden, pero lo prefiero así antes de ver asquerosas manos entre mis cosas.
Me envolví en mi bata de seda y me calcé mis pantuflas de pingüinos importadas desde Francia, un regalo de cumpleaños que me habían hecho mis padres hace un año. Aún con la mascarilla color verde moco en mi rostro, me atreví a bajar las escaleras de la casa que me llevarían hasta la sala de estar. Mi apariencia siempre sería primordial, pero estoy en mi casa y probablemente solo es algún vendedor de las calles queriendo pasarse de listo. Eso no merece la pena para mi esmero.
Cuando me asomé por el marco de la sala solo una palabra pasó por mi mente, "morirme". Estoy a punto de desmayarme, mi presión bajó en solo unos segundos y mi cabeza ya me empezó a punzar de la atrocidad que veían mis ojos ante "la visita" que, por cierto, a esto no se le puede llamar visita sino acoso.
—¡Soobin! —grité histérico a mi mayordomo, mejor que avanzara a echar esta gente de quinta a la calle antes de que mi débil corazón decidiera que ya tuvo suficiente y morir de verdad.
Mi grito solo causó que la atención de los parásitos en mi apreciada sala se posara en mí. Pude ver en sus ojos la burla ante las pintas que llevo, sin interesarme lo que piensen, pues de nueva cuenta, no merecen mi esfuerzo en lo absoluto. Mis ojos revolotean ante la falta de respeto de estos seres por venir sin avisar, aunque claro, no había manera que lo hicieran si no mantengo la mínima comunicación con alguno. No aguanto, de verdad que no puedo ver ahora mismo cómo Sunoo toca mis muebles con sus manos llenas de chocolate o el cómo Jake tiene sus pies mugrosos sobre la mesa de centro y mucho menos observar cómo Jay camina alrededor mirando y tocando todo. A pesar de esto, aunque probablemente me corte la garganta luego de pensarlo, el único decente en estos instantes era el bobo Jungwon, que solo estaba esperando en una esquina a que me acercara a ellos (cosa que no haría ni como fantasma fuera de la tumba). Igual ellos parecen estar más interesados o impresionados de mi hogar como para ignorarme incluso luego de verme y juzgarme burlonamente con las miradas, el colmo.
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Love with Kindness - Sunsun / Sungsun
أدب الهواةLo más cliché de la vida es estar en la escuela donde el chico solitario y popular entre todos se vea atraído por el chico torpe y lindo de su salón. Tal vez sea hora de que las cosas cambien un poco para Park Sunghoon porque nunca había deseado tan...