03 | ʙᴇɴᴇᴠᴏʟᴇɴᴄɪᴀ |

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Capítulo 03:  ʙᴇɴᴇᴠᴏʟᴇɴᴄɪᴀ

Narra Marcelo.

No fue sencillo ver el deterioro de su marido, se había vuelto costumbre para él despertar antes que los demás y ver como dormía su compañero de cama. Podía pasar horas viéndolo dormir, aunque en ese transcurso de tiempo su respiración se había vuelto mucho más tranquila y serena, parecia muchas veces que no respiraba; y lo hacía, lo sabía. Siempre comprobaba su respiración con su mano, tenía tanto miedo de que un día ya no despertará que era algo recurrente para él comprobar ello.

Buenos días — murmura el mayor. Estirandose y sonriendo de lado. — ¿Dormiste bien? — Pregunta, riendo ante la cara de sorpresa por parte del menor.

— ¿Estabas despierto? — Le da un beso en la mejilla y suspira. Se estaba preocupando sin razón.

Asiente. — Sentí tu mirada acosadora y me desperte. — Musita con un tono malicioso, sabiendo que ese comentario pondría de mil colores al delantero.

— Yo-... Sólo estaba pensando. — Murmura rápido, sintiendo sus mejillas tornarse carmesí.

No entendía como esa clase de comentario aún causaba ese efecto en él. Le hacía volverse mucho más tímido de lo que era, y por Dios ¡Estaban casados! No podía seguir actuando como su yo de 20.

— ¿cuanto tiempo tenemos antes de que despierten los chicos? — Pregunta, viendo que el reloj estaba detrás de Marcelo y no llegaba a verlo.

Mueve su cabeza y ve que decía 6:00. — Media hora. — Menciona, sentándose para ver mejor a Guillermo. — ¿Algún plan tienes en mente? — Hace la pregunta con una sonrisa divertida, haciendose el desentendido.

Agarra su mano y le da un beso de manera suave. — Hay que aprovechar ahora, antes de que ya no pueda hacer esto contigo. — Dice en un tono melancólico está vez, sintiéndose de momento triste.

Podía ver sus ojos rojos en esos momentos, sabía que estaba ocultando sus emociones y desde que comenzó el tratamiento le era más difícil ocultar lo que sentía, aunque también las pastillas que tomaba le causaban que sus sentimientos fueron un despelote. Sabía que en ellos estaba explícito que tendría días tristes y de enojo, estas dos emociones iban a estar más presentes que las demás.

— Nunca dejaré de amarte, no importa como estés. — Le recuerda, señalando su anillo. — Hasta que la muerte nos separe pero para mí este anillo significa que te amaré ahora en vida y cuando estemos ambos en el más allá. — Le asegura, besando su mejilla y con cariño.

— Gracias. — Se le tira con cuidado y le da un beso apasionado, dejando atrás sus inseguridades mientras sentía como su miedo se iba disipando de a poco, le daba algo de preocupación lo que fuera a pasar con Marcelo pero quería creer que nada malo pasaría con él.

[....]

Masajea su frente haciendo lo con cuidado mientras veía a sus jugadores entrenar, se levanto esa mañana y ya no estaba Guillermo en la casa; tenía una sensación de vacío en su interior pero intentaba mostrarse como siempre en los entrenamientos mientras cada tanto centraba su atención a su hijo más joven que jugaba en el pasto con unos muñecos de Dinosaurios, regalo de su padre y por alguna razón su hijo lo había vuelto sus preferidos.

— ¿Y qué pasó con tu hermana? ¿No podía cuidarlo? — Inquiere, viendo al menor que jugaba con el dinosaurio en el suelo, como si pelearan entre ellos.

— Tenía trámites con el banco y después debía ir al medico. — Responde, bajando su cuerpo para sacar al muñeco que parecía un Tyranosaurus de la boca ajena. — En la boca no. — Menciona suave para no asustarlo, haciéndole como si el muñeco caminara para que se entretuviera allí.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2022 ⏰

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✞ꜰᴀɴᴛᴀꜱᴍᴀ✞ |Schelardo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora