¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minhee estaba confundido.
Hyeongjun había salido de su casa antes que él, y ya se había hecho costumbre que ambos fueran juntos a la escuela.
pero lo que lo dejó más confundido fueron las palabras de Seongmin y esa carta rosa pastel que dejó en sus manos.
—léela lo más pronto posible por favor, y no te sientas mal por él —murmuró con una sonrisa y cuando sus ojos se desviaron a su compañera de asiento aquella amistosa sonrisa desapareció.
al llegar a su casa, la carta cayó de su mochila haciendo que su ceño se frunciera al no recordarla.
la tomó entre sus manos y rió ante lo escrito en esta.
" perdón por el color, no encontré una blanca y tuve que robarle una a mí hermana. :( "
pudo reconocer la letra de Hyeongjun y rápidamente abrió la carta, sacando de esta una página de uno de los cuadernos de su bajito amigo.
la sonrisa que tenía en su rostro fue disminuyendo hasta volverse una mueca ante cada palabra que leía.
¿esa era la razón por la cual Hyeongjun se veía cada vez más desanimado esa semana? ¿por él?
al terminar de leer, corrió hasta la casa de enfrente olvidándose por completo de su abrigo ante el clima helado que se presentaba ese día. tocó la puerta con desesperación hasta que por fin fue abierta por el señor Song, quien parecía confundido.
—oh, Minhee, ¿necesitas algo?
—¿está Hyeongjun en casa?
el progenitor de su amigo negó —no, lo siento. él salió con Seongmin después de la escuela, pero si deseas dejarle un recado yo puedo-
—no es necesario, muchas gracias.
y regreso a su casa, con los ánimos por los suelos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
hasta acá llegó esta adaptación, espero que les haya gustado tanto como me gustó a mí. nos vemos en otras historias!