¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minhee parecía cada vez más fascinado con su nueva compañera, sus ojos se iluminaban cada vez que hablaba de ella.
y no culpaba a Dayeon, no la culpaba por ser tan linda y ganarse la atención de Minhee.
Hyeongjun miraba de lejos como ambos chicos se divertían entre ellos, miraba como el rubio se olvidaba de él cuando estaba con ella.
su corazón dolió cuando vio como Minhee dejaba su suéter gris en los hombros de la castaña, sus ojos se llenaron de lágrimas y eso fue suficiente para que dejase de mirar la escena.
Seongmin le sonrió abriendo los brazos recibiendo al triste muchacho en un abrazo.
—hey, Hyeongjun, no llores por favor.
—lo siento, no puedo evitar sentirme miserable.
Seongmin negó, tomando a Hyeongjun de las mejillas y limpiando sus lágrimas con sus pulgares.
—Junnie, cariño, no eres miserable y no tienes porqué sentirte de esa manera. ven, vamos por un helado para calmar esos ánimos —finalizó tomando su mano y dejando un suave beso en su regordeta mejilla.
esa tarde, Seongmin y él se divirtieron dentro de aquella cafetería concurrida al ser época casi festiva.
y esa noche, Hyeongjun decidió llevar a cabo el consejo de Seongmin.
tomó un cuaderno y un bolígrafo, empezando a escribir y tratando de no llorar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.