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CATRINA

Una dama de elegante porte rondaba el planeta supremo sin propósito a parente, era un ser comparable a un fantasma por lo silenciosa que era, sus puntiagudos tacones no hacían ruido al pizar las ojas secas o el cesped, su figura tambien era espectral y su bellesa incomparable, la señora de la muerte estaba presente con la mirada tan fria como el hielo dirigida a un ser en particular, un ser de naturaleza tranquila que no hacia mas que hacer su trabajo como podia, ese ser era un dios joven con un brillante futuro en camino. Ella lo observaba como un tesoro lejanos que pronto abría de alcanzar.

Aquel joven dios descansaba tomando el te junto a su sirviente y antepasado, los tres disfrutaban de la tranquilidad que solo ese planeta podria proporcionar, el joven dios comenzo a ver a todos lados cruzando sus negros ojos con las cuencas vacías de la ama de la muerte.

Shin era un joven que trabajaba en una floreria de la cual era dueño pero tambien era jardinero en una mansion cercana, trabajaba como siempre en la floreria vendiendo las flores que el mismo cultivaba y cortaba del jardín de la mansion donde era jardinero

-gracias por su compra señor Peru -agradecio el joven- son para la señorira Helles ¿verdad? -pregunto con sierto tono burlon

-claro, esta ves lograre que me diga que si -se veia muy motivado según la perspectiva del joven- espero que le gusten las rosas

-¿no le gustaron los girasoles? -pregunto confundido

-no, dijo que no eran tan bellos como para estar en un jarrón suyo -bajo la mirada

Shin solto una risa pues aquella plática le estaba causando gracia

-debi imaginarlo, es una mujer muy complicada -sonrio dulcemente

-ni que lo digas -suspiro- en fin, hasta luego Shin, mandale saludos al señor Ro de mi parte -se despidio

- si señor Peru y suerte con la señorita Helles -tambien se despidio viendo salir al hombre

Peru era el dueño de la tienda de ropa que estaba en la ciudad, un sujeto agradable aveces pero algo irritable desde el punto de vista del joven jardinero. Shin iba a continuar trabajando cuando una mujer vestida de negro entro a la floreria

-buenas tardes -saludo cortesmente Shin- ¿en que puedo ayudarle?

-vine a comprar algunas rosas blancas -sonrio aquella mujer con sus pequeños labios pintados de rojo

- claro por aquí estan -se acerca a la cubeta donde tenia las rosas blancas notanto que solo habia doce- ¿cuantas rosas quiere exactamente? -pregunto sonriendo

- quiero un ramo de doce rosas blancas -habló sin prestarle atención a Shin

-tiene suerte, solo me quedan estas rosas blancas -se dispuso a preparar el ramo

Shin le dijo el precio a la mujer pero pronto al verla mejor un escalofrío recorrio su cuerpo, sentia que ya habia visto a esa mujer antes y que debia alejarse de ella lo antes posible, sacudio su cabeza sacando esa tonterias de su cabeza, termino el ramo y se lo entrego a la mujer

- ¿son para alguien en especial? -pregunto tratando de sacarle platica a la mujer

Ella guardo silencio por un instante dejando el dinero en el mostrador

- son para tenerlas cerca de mi -contesto friamente

-entiendo, seran una magnífica decoración -rio algo nervioso

La mujer sin decir nada se dirigió a la puerta para salir de esa floreria

-tenga un lindo dia -se despidio de ella aunque esta no le puso atención

El joven suspiro aliviado de que aquella mujer se fuera, por alguna razón ella lo ponia muy tenso, no le dio mas vueltas al asunto y siguió con su trabajo mientras aquella mujer no se había ido del todo pues seguia observando al joven que no sospechaba nada.

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La historia que estaba reescribiendo y que no planeaba volver a sacar pero estoy perdiendo la inspiración en la otra historia, publico esta para darme una respiro de la otra, espero que les guste y una cosa mas,esta obra esta inspirada en algunas obras de estos autores:
Black_AngelMKS
LordMary777
salieri24

Sin mas que decir, hasta la próxima.

ASESINO DE MARIPOSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora