ASESINO DE MARIPOSAS

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VIDAL

una joven de hermosos ojos celestes observaba a la distancia al hombre que había creado para ella según sus gustos personales, un ser que no sabia de su existencia por rezones que ella desconocía, aquella criatura que ella amaba ahora solo caminaba tranquilo por ese basto planeta que el mismo llenaba de vida, el sonreía mientras ella miraba preguntándose la razón de esa sonrisa verdadera tan rara en el, el actuaba mas feliz de lo usual lo cual hacia que estuviera inquieto caminando por el lugar como si no tuviera limites, era tan extraño para ella pues conocía a su propia creación, un hombre tranquilo que siempre estaba quieto haciendo su trabajo o bebiendo el te con los que son cercanos a el, siguió observando buscando la razón de esa actitud pero cuando la encontró su corazón se partió en pedazos pues aquel dios creador corrió a los fríos brazos de la muerte.

aquella dama de negro de alguna manera conecto sus vacías cuencas con esos hermosos ojos celestes y sonrió triunfante como si le presumiera a la vida que una ves mas le había quitado lo que mas amaba, le había arrebatado a la vida un tesoro que jamas pensó poseer pero ahora lo tenia entre sus brazos dándole lo que los mortales llaman "cariño".

después de cuidar la huerta del señor Bills fue a su casa a recoger una canasta con varias flores que repondrían las que vendió el día anterior, fue directo a su florería donde ya había gente esperando a que la abriera siendo la mayoría turistas y conocidos, sin decir nada o saludar a alguien abrió la florería dejando que la gente pasara, y eligiera las flores que comprarían mientras el acomodaba las nuevas flores, estaba tranquilo hasta que alguien se le acerco

-buenas tardes joven Shin -saludo un anciano con un uniforme propio de una cafetería 

-buenas tardes señor Gowasu -miro al anciano con una sonrisa- ¿quiere las flores de siempre? -pregunto sin dejar de sonreírle

-no, esta ves quiero unos tulipanes, me gustaron mucho cuando los vi en tu jardín hace una semana -también le sonrió al joven

-claro, iré por ellos solo déjeme terminar -siguió ordenando las flores para después ir por los tulipanes 

tomo solo veinticuatro tulipanes pues esa era la cantidad de flores que normalmente le vendía al señor Gowasu, después de un rato le dio los tulipanes a Gowasu 

-¿como han estado las cosas en su cafetería señor Gowasu? -pregunto sonriendo

-todo va muy bien, con todo esto del turismo que trajeron las comidas del señor Bills y del el señor Champa las ventas están subiendo mucho -estaba bastante feliz- veo que incluso a ti te esta yendo muy bien 

-si, por suerte si -el también estaba feliz por ese hecho

los dos platicaron un rato, el señor Gowasu se fue deseándole suerte a Shin el cual también le deseo suerte a ese anciano, realmente le confortaba que Gowasu estuviera bien pues era muy bien conocido que el hijo de ese hombre, Zamasu, había muerto por meterse en asuntos peligros con los de la zona de clase media, el joven Shin solo suspiro sabiendo que Gowasu solo seguía trabajando para olvidar el dolor que le provocaba la muerte de su hijo. El día transcurrió normal a partir de ahí y ya para medio día todos los turistas, conocidos ya habían comprado las flores que fueron a buscar, ya con la florería vacía Shin se sentó a descansar cuando dos mujeres entraron discutiendo entre si

-yo se a donde debemos ir -dijo una con fastidio

-no es cierto y lo sabes, solo pide indicaciones -hablo otra con tranquilidad

Shin las miro un momento para después aclararse la garganta y saludarlas 

-buenas tardes señoritas, ¿en que puedo ayudarlas? -pregunto sonriendo

- buenas tardes, bueno necesitamos que... -cuando miro a ese joven con sus ojos celestes se quedo perpleja pues no había visto a nadie con esa apariencia antes pero sentía como si lo hubiera visto en algún lado- oye ¿tu y yo ya nos habíamos conocido y por que tienes esa apariencia? -pregunto mirándolo fijamente sintiendo como si no pudiera dejar de mirarlo

- yo creo que no y bueno tuve que salir de un trabajo así que por eso no estoy presentable -contesto para después soltar un risilla pues le causaba gracia esa mujer 

con esa sola risa el corazón de Hana comenzó a latir fuertemente, sus pupila se hicieron mas grandes llenándose de un brillo especial y su rostro se enrojeció levemente, ella trato de volver a hablar pero no pudo solo comenzó a tartamudear y soltar bocales al azar, Isabella noto eso, rodo los ojos y aparto a Hana para que ella pudiera hablar con el joven que parecía estar confundido

-lamento el comportamiento de mi amiga -suspiro- ¿podría decirnos por favor donde esta el mecánico mas cercano? 

-claro -sonrió comenzando a pensar 

Shin les dijo la sindicaciones sintiendo en todo momento la mirada de aquella mujer que comenzaba a incomodarlo aunque sentía haberlas visto en algún lado, quizás eran turistas que había visto en alguna ocasión o parientes de algún residente de por ahí, comenzó a tratar de recordar donde las vio cuando una de las chicas hablo

-gracias joven... -se l ehabia olvidado preguntar el nombre y también presentarse

-Shin -hablo con tranquilidad

-o, gracias joven Shin -le sonrió con un poco de nervios

-no es nada, vayan con cuidado -siguió sonriéndoles

-vámonos Hana -tomo a su amiga del brazo para arrastrarla fuera de la florería 

Shin solo suspiro, desde su punto de vista los turistas podían ser un poco extraños, se volvió a sentar esta ves mirando un poco la puerta de la florería notando a la mujer de negro que le había comprado rosas blancas, la noto molesta pero mejor desvió su mirada hacia la nada pensando si debía cerrar la florería temprano para poder descansar.

la dama de negro miro a las mujeres que habían salido de la florería, chasqueo la lengua con fastidio para después irse de allí mientras tomaba una de las rosas blancas que compro antes que ahora decoraban un lindo sombrero negro con un moño blanco, tomo la rosa entre sus dedos para después mirarla y olerla un poco deleitándose con el ahora que le dibujo una sonrisa devuelta.