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Gabriel Agreste estaba en su oficina, mirando el retrato de su mujer, en completo silencio ya hace hora y media.

-¡Padre, quiero que me expliques esto!

Adrien entró alterado con una carta y el hombre sólo suspiro profundo.

Estaba esperando ése momento y aún así no estaba preparado, dudaba que Adrien esté preparado también, pero era su deber decírselo o nunca sabría la verdad.

-Verás Adrien, cuando dos personas se quieren mucho, mucho, mucho, deciden dar un pasó más en su relación, teniendo una unión de cuerpo y alma mediante el... coito o sexo para decirlo de manera más...

-¡¿De qué estás hablando?!- gritó Adrien, más alterado que cuando llegó.

El hombre sólo giró levemente su rostro para verlo de costado.

-¿Qué no quieres saber de dónde vienen los bebés?- preguntó, aliviado por tener algo de tiempo extra para pensar en como explicarle bien todo lo necesario.

-¡No! ¡Yo ya sé sobre e...
Nathalie, Nathalie dejó una carta en mi habitación, explicandome que se fue.- dijo el chico, enojado por la partida de Nathalie y avergonzado por casi tener la charla con su padre.

Gabriel volvió a mirar el retrato de su mujer mientras asentía.

Debió de sospechar que se despediria de Adrien de alguna manera.

-¿Qué dice la carta?- preguntó el hombre, manteniendo su seriedad.

El rubio se calló por un momento, pensando si decirle lo que decía la carta o no, pero al final decidió hacerlo.

-Adrien, sé que es repentino pero desde ahora ya no soy una empleada de tu padre.
Por favor, no te preocupes por mi, voy a estar bien ya que soy una adulta capaz y experimentada.
Te pido por favor que sigas siendo un buen chico y por lo que más quieras, asegúrate de que tu padre coma tres veces al día, que no miré por más de una hora el retrato de tu madre o le da ansiedad, sacalo a pasear una vez a la semana para que tomé algo de aire fresco y cuidado que no se acerque a los niños, si está de malhumor los puede morder.- leyó la carta el chico, aguantando la risa por lo último.

Gabriel tuvo un leve tic en el ojo, pero no dijo nada al respecto.

-Como leíste, Nathalie ya no trabaja para mí, así que tomalo con madurez y no hagas un berrinche.- exclamó el diseñador con seriedad.

El ojiverde, no estando dispuesto a no recibir una buena explicación, rompió la carta.

-¡¿Por qué Nathalie nos dejó?!
¡Ella era un miembro más de la familia y no quiero que se vaya!- gritó el muchacho, al borde del llanto.

-Yo la despedí...- susurro Gabriel.

Adrien al oír éso, quedó en shock y sintió su enojó crecer.

¿Cómo que su padre la despidió?

-¡¿Por qué lo hiciste?!- preguntó con mucho enojó.

Gabriel por primera vez se volteó completamente para ver a su hijo, enojado.

-¡Estaba de malhumor, ella me quiso consolar pero me desquite con ella y la despedí en un momento de enojó, no lo dije enserio ya que no es la primera vez que lo hago pero ella lo ignora, cosa que no hizo está vez y la muy infantil sólo me dijo "bien" y se fue!- gritó Gabriel Agreste, expulsando todo lo que tenía acumulado.

Adrien lo miró sorprendido por unos segundos, creyendo que era una broma pero no era así.

-No puede ser, ¡¿Me dices qué yo sea maduro cuando tú eres peor que un niño pequeño?!- gritó el chico, con su rostro algo rojo del enojó.

-¡Yo puedo ser así porque soy un adulto y hago lo que se me da la regalada ganas, ahora ve a tu habitación o...

-¡¿O qué?! ¡¿Me vas a despedir en una rabieta?!- gritó Adrien, usando toda la valentía de su vida.

Sus piernas temblaban.

Gabriel pareció calmarse, se dio media vuelta y suspiro profundo.

-Estás castigado, vete a tu habitación, ahora.- ordenó el hombre manteniendo la compostura por ser un hombre maduro.

Debía ser un buen ejemplo para su hijo, así que sería el maduro en ésa conversación.

Adrien, sin perder el enojó, se dio media vuelta y se fue, ya no queriendo hablar con su padre.

Ése tipo era la causa pérdida más grande de todas.

Al oír Gabriel como Adrien azotó la puerta al salir, suspiro profundo y se acomodó su corbata.

-Lo hiciste bien Gabriel, el chico te sigue respetando y sigues siendo una figura paterna responsable y admirable.- dijo el hombre para si mismo.

El kwami prisionero del hombre, lo miró fijamente, sin decir nada.

Se supone que los kwamis se suelen divertir y son despreocupados, pero desde que conoció a ése hombre, se siente más viejo y menos capaz de confiar en un humano.

Continuará...
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¡Hola!

Lo sé, Gabriel aquí es más responsable que el de la serie... uno diría que lo digo de broma, pero de hecho no.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

¿La niñera de Marinette?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora