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En la habitación de Marinette.

Adrien se reunía con Nathalie, la ex secretaria de su padre, siendo muy comprensible con ella por ya no trabajar con ellos.

-Debés volver a casa.- dijo el comprensible rubio.

Comprendía que tener que soportar a su padre era peor que tener una guardería de adolescentes que creen que solamente ellos tienen problemas por lo que se la pasan de emos.

-No.- dijo la mujer, sin dudar.

-¿Por qué no?
Eres parte de la familia.- exclamó el ojiverde, con ojos tristes.

Quizás Nathalie no era una persona para nada cariñosa y era estricta, pero así la quería y no deseaba que renuncie.

-Ya no soporto a tu padre.- respondió Nathalie, con el ceño fruncido por sólo recordar a ése hombre.

Cuidar a Adrien y a Marinette era miles de veces menos estresante que cuidar a ése supuesto adulto con problemas de socialización.

-Yo tampoco lo hago pero me la aguanto.- dijo Adrien con honestidad.

Un día sería mayor de edad y se iría de casa, un día lo haría... si su padre le da permiso ya que por un extrañó motivo, no le quería desobedecer.

-¿Puedo salir a jugar un rato?- preguntó Marinette, quien se supone que estaba haciendo su tarea, habiendo progresado nada.

-No, termina tu tarea primero.- dijo Nathalie, con seriedad mientras la muy madura guardiana de los miraculous le sacaba la lengua.

¿Alguna vez le dijeron que se parece un poco a Chloe?

-Ya perdí a mi madre, no quiero también perderte a ti.- dijo un triste Adrien.

Primero su madre y ahora Nathalie, sólo tendría a su padre y básicamente, sería ser ufano pero con menos atención.

-No me perdiste, estamos hablando, sabes donde encontrarme siempre que me necesites.
Sé lo que es tratar con tu padre, así que cuando necesites hablar con alguien, aquí estoy.- dijo la mujer, intentando mostrar una leve sonrisa amable para que Adrien se calme.

-¡Estoy aburridaaaaa!- gritó Marinette, lanzando un par de hojas al aire.

Ése trato era inhumano, ella era una adolescente que quería algo de atención y sobretodo, quería salir a jugar.

Había hecho planes con Kagami para jugar, seguramente estando ella esperandola (no lo hacía, Kagami le dijo que no iría a jugar con ella, que tenía cosas importantes que hacer)

-¿En verdad tienen la misma edad?- preguntó Nathalie, mirando a Adrien en busca de respuesta.

Sabía que Adrien era diferente por no ser realmente un humano y por ser controlado, pero como que Marinette se pasaba un poco.

Ahora que se daba cuenta, se sentía terrible por recordar que Adrien no es capaz ni de decir lo que quiere, no importa lo que haga, siempre sería el pájaro enjaulado de su padre.

-Marinette, termina tu tarea y luego te compraré un helado, ¿si?- dijo Adrien, mirando a su amiga de manera amable.

-Que soborno más pobre y cliché.- dijo la azabache, con su ceño fruncido.

Estaba de mal humor, así que ni Adrien la calmaria en ése momento.

-¿Qué pasa contigo?- preguntó la ex secretaria de Gabriel Agreste, con cansancio.

-Pasa que soy una adolescente, no tan alejada de la adultez y tengo una niñera como sí fuese retrasada.

-¡Oye!- gritó Adrien, ofendido.

¿La niñera de Marinette?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora