La vida se basa en engañarse a uno mismo de que todo va ha mejorar y que los protagonistas de historias siempre encuentran la felicidad, mentira.
Todo comienza cuando demuestras que existen las Alphas, las que demuestran que no necesitamos ser luna...
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Mi vida es un auténtico caos, entre los problemas en la manada y los asuntos personales que me aquejan.
Fradique ha estado eludiéndome, es evidente que ha evitado regresar a la manada durante tres noches.
Zach me comentó que no ha tenido noticias de él desde hace tres días.
He mantenido cierta distancia de Owen, sopesando la sugerencia de Erin. Ser una híbrida me coloca en una situación única y complicada; tener dos compañeros, es increíblemente abrumador.
Salí hacia las afueras de la manada, persiguiendo el ligero rastro que dejó Fradique. Debo darle caza; ese viejo no puede simplemente escapar así sin consecuencias.
Finalmente lo diviso a lo lejos y, con sigilo, me acerco a su espalda.
—¿Cuál es tu secreto, Fradique?
El hombre se pone rígido de manera evidente, como si cada músculo de su cuerpo estuviera al borde de la ruptura bajo la tensión.
—Alpha.
—Responde ahora, y quizás muestre clemencia en tu juicio.
Percibo que su cuerpo reacciona ante mi afirmación, su tensión incrementa.
—Alpha, es hora de que abra los ojos y vea la verdad. — Sus palabras llevan un tono de seriedad que me hace plantearme la magnitud de lo que está por revelar.
Fradique me llevó hasta una especie de cueva en lo profundo del bosque. La exuberante vegetación creaba un entorno tan lleno de verde que transmitía una sensación de pureza, invitándote a seguir respirando.
—Es aquí. No tenía intención de matar a Owen. —Sus ojos tristes se encuentran con los míos.—Solo necesitaba que cumplieras con la profecía. Yo... soy tu tío, Fradique.
¿Cómo?
—¿Mi tío?
—Cuando tu padre nació, ya estaba marcado por tu profecía. Yo insistía en que te permitiera vivir y cumplir con tu destino. —Su mirada reflejaba pesar.—Tu padre aborrecía a las razas mezcladas.
—Eso es mentira, mi padre estaba con mi madre...
—Eso no puede ser cierto, mi padre estaba con mi madre...
—Tu madre solo precipitó lo inevitable. Ella intentó cambiarlo, pero él estaba decidido a no mezclar las especies. —Respira profundamente.—Si observas los dibujos en esta piedra, entenderás que tu padre temía tu futuro.
—¿Qué estás insinuando?
—Lo que está por venir es mucho más grande de lo que imaginas. El Lobo de Hueso es solo una distracción en comparación con lo que realmente sucederá.
—¿Qué sucederá?
—El mundo mágico llegará a su fin, la Diosa Luna morirá y el Rey del Rayo caerá bajo el yugo de su propio hermano.
—¿Por eso querías matar a Owen?
—Solo pretendía herirlo y que, a su vez, le dieras tu sangre para que la historia siguiera su curso, y no murieras por las decisiones insensatas de tu padre.
—No entiendo lo que está pasando...
—Observa los dibujos y las runas. La historia ya está allí. No huyas como lo hizo tu padre. No puedo predecir el futuro, pero sé que habrá momentos de sufrimiento. Aun así, confío en que los enfrentarás con entereza.
—¿Cómo...?
—Volveré a mi manada, White Moon. —Fradique me muestra sus ojos de Alpha.
—Eres un Alpha. —Exclamo asombrada.— Pensé que eras un Roger.
—Siempre he estado aquí, Sam, para ti, mi querida niña. —Dice mientras me muestra sus ojos llenos de autoridad como líder de su manada.
...
Mi mente estaba llena de choques y contradicciones. Las emociones dentro de mí eran un torbellino y el deseo de obtener respuestas de mi padre se hacía cada vez más fuerte.
—Necesito un momento de paz, Diosa mía.
—¿Todo bien, mi Alpha? —Me pregunta uno de mis escoltas.
—Todo está bien, Fiona. ¿Cómo está tu madre?
—Gracias a los cuidados de Zach, está mejorando mucho. Agradecemos tu ayuda. —Me ofrece una sonrisa cálida.
—No me agradezcas a mí, agradece a mi primo Zach. —Le dedico una mirada antes de seguir adelante.
A pesar de todo, aún tengo parientes vivos por parte de mi padre. No puedo evitar sentirme sorprendida por no haber sabido nada de ellos. Me intriga el hecho de que Zach supiera esto y no me lo haya dicho, aunque lo entiendo. Si mi padre le ordenó guardar silencio, probablemente yo habría hecho lo mismo en su lugar.
Decido mantener mis problemas personales en un segundo plano y concentrarme en lo que se avecina. Fradique solo me ha revelado una parte de la historia. Cira, esa despreciable bruja, debe estar ocupándose de Owen. Sé que ella tiene información valiosa, aunque tiene muchos años a cuestas. Erin también debe saber algo, pero no quiero molestarla, sobre todo ahora que está embarazada.
Sigo sentada en una piedra en el bosque, formando bolas de fuego con mi mano izquierda. La tarde cae lentamente y con ella mis pocas ganas de regresar a casa y enfrentar todos los problemas.
La idea de tener hermanos de diferentes razas me atraviesa la mente. ¿Sabrán que existo? ¿Qué implicará todo esto para mí y para ellos?
Esa sensación de bienestar que experimenté con Matteo me hace añorar más momentos como ese. Me siento viva y renovada cuando estoy con él, y no quiero imaginar qué pasaría si algo le ocurriera.
Haría cualquier cosa para protegerlo, incluso matar a cualquiera que se atreva a dañarlo. La unión de nuestras manadas sería poderosa, y eso podría llevarnos a establecer alianzas estratégicas con otros clanes. Es posible que incluso tengamos que tratar con el rey de los lobos en algún momento para asegurar un futuro sólido.
Aunque seguramente él accederá solo si ve ciertos beneficios, ya sea en términos de riqueza o protección. Las decisiones que se avecinan son cruciales y sé que debo estar preparada para lo que sea que venga.
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MIS CIELAS, PUBLICARÉ YA EL FINAL DE ESTA HISTORIA, TRISTEMENTE.
