"¡No podemos llevarte a ningún lado Deku-kun!" Uraraka gritó.
"Jaja, lo siento chicos ..." Izuku habló con una risa incómoda.
"¡Deberías quedarte en la cama y recuperarte Midoriya!" Iida dijo con severidad, Izuku asintió.
"Lo haré, Iida-kun...", dijo.
"TOC Toc."
"¡Ah, Todoroki-kun! ¡Haz que Deku-kun tenga sentido común! ¡El idiota entró corriendo a la habitación y se resbaló con un cubo de hielo! ¡Un cubo de hielo!"
"Veré que puedo hacer." Dijo Shouto y Uraraka asintió antes de salir de la habitación de Izuku con Iida a cuestas.
"Hola, Todoroki-kun..." habló Izuku, feliz de que su rostro sonrojado estuviera escondido en su almohada.
"Hola Midoriya, ¿cómo te sientes?" preguntó Shouto, dejando su bolso junto al escritorio de Izuku.
"Ah, además de que me duele la espalda, estoy genial..." susurró.
"¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?" preguntó Shouto.
"Ah, un masaje de espalda". Murmuró en voz baja, pensó que no lo suficientemente alto para que Todo lo escuchara antes de decirle su respuesta real, pero ya era demasiado tarde, sintió que la cama se hundía y el peso sutil de Todo a horcajadas sobre él.
"¿¡T-Todoroki-kun!? ¿¡Qué-!?"
"Solo un masaje Midoriya". Shouto habló y comenzó a arrastrar sus manos frías y calientes por la espalda y los hombros de Izuku. El chico de cabello verde gimió por lo bajo de satisfacción y se derritió en su colchón.
Shouto mantuvo su trabajo en la espalda de Izuku y no pudo evitar la pequeña sonrisa tirando de sus labios. Estaba casi seguro de que se había quedado dormido y se había entregado a un pequeño deseo egoísta y se inclinó para presionar un beso en la espalda de Izuku, justo entre sus omoplatos.
