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•• 「🦢」── Qué el señor oscuro use de adorno sus pecados, qué su ambición, tentación y tristeza nos alimenten... Ante la luna roja, rezamos porque se cumpla... Аминь ──
Murmuró, observando los cuerpos ensangrentados después de la feria de caza de humanos.
Se colocaban varios botes en las orillas del mar, y tras desencadenar a centenas de humanos bastantes metros lejos de estos, les permitían correr 3 segundos, y una vez el tiempo de huir se acababa, debían apresurarse y buscar una escapatoria, de aquellos sedientos vampiros, y más aún de aquellos caníbales.
── ¡Nuevamente, otra victoria para la casa real!
Se escuchó en un tono considerablemente alto, debido al micrófono con expansión que utilizaba el presentador, quién mantenía una sonrisa gigante, y observaba desde el escenario a los espectadores, volteando a ver a los nombrados, quiénes básicamente eran 'URSS', mejor conocido como 'señor U / La unión', Rusia 'El sucesor / Príncipe', y el resto de hermanos, cuáles cada uno portaba un apodo.
╰►──¿Llevas la cuenta, Ворон? ──
•• 「🦢」── 132... ──
── ¡Arrebatándole las vidas a 132 humanos!, el primer lugar se lo lleva de manera decisiva, el líder de la casa real, 'La unión'.
── No nos sorprende que nuestro líder pueda poner en sus muebles este hermoso premio. Siempre enorgulleciendo a los vampiros de sangre pura, ¿no es así, 'señor U'?
╰►──Por supuesto. Es todo un honor para mí llevar un premio más... Y me hace aún más feliz saber que es uno de la feria Hellmore. ─ La feria más grande de Moscú. Los vampiros adoraban pasar por ahí, y comprar algún que otro esclavo, o mejor dicho, mascota. Como compañía usaban a los gatos, preferiblemente a los negros, por ello para la humanidad se veían a estos animalitos, como seres del inframundo, o que esparcían la mala suerte.
── Una vez cada 257 años. ╰►── Una vez cada 257 años. ──
Hablaron en unísono, ambos formando una sutil sonrisa en sus facciones, cruzando miradas antes de estrechar sus manos. No tardaron demasiado en tomar fotos de aquel momento. Si bien los años pasaban como los días para ellos, era una buena forma de recordar el momento.
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•• 「🍄」── Tu cabello se está volviendo rubio... Con mechones plateados, qué bello... Mira tus ojos, son rojos... viajan al abismo con su oscuridad. ──
•• 「🦢」── Papá me quiere en su habitación esta noche también, ¿no es así?. ──
Pudo escuchar el suspiro entristecido de su hermana, quién continúo peinando su larga cabellera.
•• 「🦉」── ¡Exacto!, así que complácelo rápido. No quiero trabajar extra, ¡mucho menos solo para elegirte la ropa! ──
•• 「🍄」── ¡Estonia!, no seas grosero. ──
El chico rodó los ojos con molestia, rebuscando en el armario del mayor alguna prenda elegante, pero escotada, sensual pero no tan atrevida. No había, solo ropa con encajes anticuados y abrigos oscuros, muy grandes para el tamaño y la clase de cuerpo esbelto que tenía el ruso.
•• 「🦉」── No puedo creer que prefiera reproducir y tomar tu sangre, que la de alguna joven sin mancillar. ── •• 「🍄」── Padre siempre ha tenido esas preferencias, aunque es la primera vez que elige a Rusia abiertamente. ── •• 「🦉」── Desde que murió mamá por su culpa... Supongo que te ve como ella. ── Hubo un silencio largo. •• 「🦉」── Estoy bromeando, mamá no tenía ojos tan feos, y su cuerpo era más elegante. ──
Y esa fue la razón por la que recibió una cachetada.
(...)
Las preferencias vampíricas eran más... quisquillosas, por así decirlo. La mujer debía tener un busto no muy grande, su trasero debía tener un tamaño 'mediano', lo que realmente importaba era la forma del cuerpo, mientras tuviera curvas relucientes y naturales, era una belleza, si era por ayuda médica (cirugías), era una desgracia.
Rusia era un chico, más o menos, pero cumplía con las expectativas femeninas que se exigían. O parte de ellas, contaba con una piel suave, pálida, labios rojizos con ese sutil rosa bajo sus ojos y la punta de su nariz, eso era lo que llamaba la atención además de su estructura.
Y no hacía falta decir que era la primera persona en el palacio al cual se le permitía llevar el cabello más abajo de la cintura. Y el único que aún mantenía la marca de pertenencia en su cuello.
