Capítulo 3

1 0 0
                                    

Un momento de felicidad, me sentía cómoda, risas por un lado y otro, disfrutando compañía con seres queridos, un ambiente agradable para toda persona, pero yo seguía pensando, no me concentraba.

Tan fuerte era?

Más dudas se generaban dependiendo de su actitud, me generaba dudas, porque me trataba diferente, cambiaba, el cambiaba, y yo sin saber que hacer, pero realmente valía la pena? Es sano estar enamorada?, muchas preguntas salían y no sabia como contestarlas, solo quería sentirme libre de esta situación.

Y así lo fue, un instante, un momento, como si tratara de decirme el destino que viviera, que no girará al rededor de el, que pensara en mi, y así fue, me sentí bien, me paso por la mente justo en ese momento, no eres de el, puedes cambiar tu opinión, es tu vida, mis padres me dijieron, no te aferres a una persona sabiendo que aún te queda mucho por delante, solo quería liberarme.

Podía estar enamorada de él pero que caso tenía estarlo si el tampoco lo sentía, si no notaba cambios, seguiría yo sola, tener que valorar me, a eso no le veo problema, y así sería.

Un paso, pero ese paso parecía eterno, como si mi pie nunca tocara el suelo y estuviera en el aire haciendo equilibrio, podía sentir el terror apoderarse de mi en ese momento, no pisooo, ayudaaaa, quierooo salir, no podía realmente, mi mente se nublaba, porque me sucedía esto.

En un abrir y cerrar de ojos no estaba ahí, bailando en las tinieblas, pero hacia frío, todo era hermoso, una canción de fondo haciendo que cada parte de mi se moviera dejándome llevar por un simple sonido, me sentía relajada, unas manos al rededor de mi cintura se hicieron presentes, un escalofrío tenue pero notorio, no sabia que era pero yo seguía girando, era paz en mi.

Lista para salir, liberarme un poco, eso era más que suficiente, sentir el aire en mi cara, adrenalina de recorrer una bajada y enfrentar una subida, sin tratarse de un sentimiento, sin tratarse de un bajón emocional, esto era liberador, divertirme, olvidar, así quería estar siempre, sin sentirme preocupada, me lo merecía.

INESTABLE DE SENTIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora