Era tarde por la noche, las calles de Madrid hace rato que dejaron de ser un sitio seguro, las pocas personas de honor que quedaban, estaban en la taberna celebrando la victoria del ejército en territorio francés, había cuchicheos por las calles de los delincuentes que acechaban a los borrachos que volvían a sus casas, en esa taberna.
Comienza mi historia.
Caminé hacia la posada, el olor a cerveza resaltaba a mil pies de distancia, podía escuchar el alboroto. La punta de mi ropera iba desgastando el maltrecho suelo a medida de que subía los escalones de la entrada, abrí la puerta y fui directo hacia la barra, los borrachos y los jugadores de cartas me observaban pasar, me miraban como si estuvieran contemplando a un don nadie.
Pues exáctamente, pues estaban observando a nada más ni a nada menos que a un simple hombre que viene a ahogar sus penas en una copa de alcohol.
El camarero se dirigió hacia mi:
Camarero:Buenas noches señor Lorenzo, ¿lo mismo de cada noche?
Lorenzo: Sí, por favor, asegurate de que esté bien lleno, dios sabe que lo necesitaré.
Camarero: Suenas asqueado, ¿ha pasado algo?
Lorenzo: ¿Hmm? No, ¿por qué piensas eso? solo estoy cansado del duelo de esta tarde.
Camarero: Ah, si, aquí hay un par de personas que apostaron en contra de ti, aquí tienes lo que acordamos, 14 reales.
Lorenzo: Es más que la última vez, cóbrame de ahí.
Camarero: No, Lorenzo, aquel noble de ahí ha invitado a toda la taberna por una ronda.
Lorenzo: ¿Quién?
Camarero: Aquel de allí, no ha mediado palabra con nadie desde que llegó, tiene acento francés, eso sí.
Lorenzo: ¿Qué hace un gabacho en Madrid?
Camarero: Supongo que buscar a una mujer de verdad, y no a una francesa con bigote
Lorenzo: Entiendo, iré a hablar con él.
Camarero: No, no, no, no parece de buen humor, espere un rato a que le suba el alcohol y luego ya irá.
Lorenzo: Vale, entien-
Porrista ¡Brindemos por el rey!
Multitud: ¡Hurra!
Borracho: ¡Brindemos por el Señor Vadoix!
Multitud: ¡Hurra!
Veterano: ¡Brindemos por los Tercios!
Multitud: ¡Hurra!
La multitud de gente parecía contenta de que el señor francés haya invitado a todo el mundo a una ronda gratis en la taberna. Había gente por los suelos, encima de las mesas, brindando y algunos disfrutando de los servicios de las prostitutas de la zona, una vez más, nuestros compatriotas, demostraban lo lerdos que se podía llegar a ser con un par de copas de más.
Me decidí a acercarme a hablar con el Gabacho, el cual seguía estando solo, en una esquina de la taberna, observando cómo las gentes podían desvariar con solo un poco de alcohol, a medida de que me iba acercando, el gabacho, parecía estar más reticente a entablar una conversación.
Lorenzo: Su excelencia...
Gabacho: ...
Lorenzo: Perdone mi atrevimiento, pero quería agradecerle de primera mano, que usted, un noble francés, decida invitar a la chusma de Madrid a unas copas por la noche.
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LORENZO BALLESTEROS
AventuraLorenzo Ballesteros, es una historia que mezcla distintos toques de acción y romance con una historia de aventura que oculta muchos secretos de una gran pérdida.