Capítulo uno

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Hoy estaba siendo un día muy pesado en el trabajo, durante mis horas de trabajo había tenido la sensación de que algo andaba mal o algo malo iba a suceder. Hoy se sentía como si fuera un día frío de esos del tipo lluvioso, no era nada de eso porque el sol había estado ahí fuera todo el tiempo, no podía esperar a que esto terminará.

Cuando por fin mis horas de trabajo estaban apunto de terminar, toda el área de trabajo de mi piso fue informada sobre la llegada de un nuevo jefe, nadie sabía sobre eso hasta hoy. Tal vez ese era mi presentimiento.

-Hey Tzu, creo que iré al baño, espero que no sea tan necesario estar desde el inicio a la presentación del nuevo jefe- avisé a una de mis compañeras he inmediatamente me levanté de mi lugar para salir hacia donde había avisado antes.

-Claro, igual puedo justificar tu ausencia con una diarrea- Tzuyu me dió un sonrisa burlona mientras jugaba con un bolígrafo.

-Oye, verás para la próxima- fue lo último que dije antes de hacer mi camino hacia el baño de la oficina.

En realidad no era tanta la necesidad del baño, pero necesitaba despejarme un poco de todo día en la oficina y fue la oportunidad perfecta para hacerlo. Cuando estaba lavando mis manos empecé a sentir un mareo y mi visión se torno borrosa, algo demasiado raro en mi. No entendía lo que estaba pasando, me sentía mal como si algo estuviera cavando un agujero en mi estómago, mis piernas se debilitaron y estuve a nada de caerme. Dure bastante tiempo intentando estabilizarme y cuando al fin lo logré, unos segundos después sentí que empezaba a hiperventilar y mi respiración se comenzaba desestabilizar, esto no era normal. Creo que dure bastante tiempo ahí porque escuché unos toques en la puerta y la voz de Tzuyu hablándome.

-Hey, ¿Estás bien?, Creo que lo de la diarrea no era una broma- aunque el tono se notaba juguetón logré escuchar una ligera preocupación. Abrí la puerta y la jale hacia dentro.

-Me siento mal- ví su sonrisa burlona y me apresure a explicar -no de eso tonta, tuve un mareo muy fuerte- me di la vuelta hacia su dirección y ví como su mirada cambiaba de divertida a una de preocupación en segundos.

-Dios mío, te ves muy pálida, casi transparente- me tomo de la cara y empezó a revisar todo mi rostro -con razón tardaste tanto, creo que debería llevarte a una clínica, esto no es normal- parecía muy preocupada, algo no tan normal en ella.

-No es tan malo, podemos ir después de la presentación- le reste importancia y solo me di la vuelta hacia el espejo para revisar un poco mi aspecto.

-Llevas más de media hora aquí, la presentación ya terminó y todos se empezaron a ir- parecía preocupada por mi falta de noción del tiempo.

-¿Media hora? no estés jugando Tzuyu, si acaso llevaré unos 15 minutos aquí- le dije riéndome un poco y volviendo a verla.

-Dios, revisa tu hora, llevas mucho tiempo aquí- me volvió a tomar del rostro y comenzó a revisarme otra vez.

-Ya, estoy bien, deberíamos de irnos- le dije quitando sus manos de mi cara -Momo me debe estar esperando con mi cena favorita- le dije tomando su mano y saliendo del baño.

Cuando salí del baño, al otro lado de la habitación logré verla, era ella estoy completamente segura que es ella, estaba con los demás directivos de la empresa. Después de tanto tiempo ella estaba ahí, igual de hermosa como el día que no la volví a ver más. Mi mirada no se podía apartar de ella. De nuevo sentí ese mareo, incluso más fuerte que antes, Tzuyu me tomo entre sus brazos y me decía algunas cosas que no lograba escuchar, mi corazón latía como loco y mi respiración era inestable, no podía soportarlo y entonces, me quebré. Mis lágrimas no se detenían y tenía miedo de soltar un sollozo demasiado fuerte.

-Sácame de aquí, por favor, Tzu- logré decir en un susurro bajo que apenas se podía escuchar.

-Está bien, estoy aquí, voy a llevarte a casa- tomo mis cosas y las suyas, entonces comenzó a caminar.

Mientras salíamos de ahí sentí la mirada penetrante de alguien desde atrás, era tan fuerte que se sentía como si quemará, se sentía como si buscará algo desde mi espalda.

En el camino a casa me quedé dormida casi inmediatamente. Me desperté en mi cama y ni siquiera supe cómo logré llegar aquí, escuché unos ruidos en el baño y después ví salir a mi novia de ahí con agua y unos paños.

-Hola bebé, ¿Cómo te sientes?- su mirada a pesar de notarse preocupada seguía siendo cálida y llena de amor como desde el día que nos conocimos.

-Mmm, creo que estoy un poco mejor- le dije entre un bostezo, mi voz se escuchaba un poco ronca, estiré mis brazos como un bebé e hice un puchero.

-Aww, mi bebé quiere cariñitos- me dijo con un sonrisa y se acercó hasta la orilla de la cama -te daré todos los que quieras, pero primero déjame ponerte esto y darte un poco de medicina- me dijo para después dar un beso en mi frente.

-Creo que ya no tienes fiebre- me aplicó los paños y después tomo un jarabe y vacío un poco en le vasito que traen las medicinas -abre la boca, bebé- me dijo y comenzó con el ritual de siempre, me hizo avioncito con la medicina y después me dió un besito en los labios.

-Gracias, bebé- le dije con una sonrisa, esperé a que terminara de guardar las cosas y quitar los paños para que se acostará conmigo -¿Qué fue lo que pasó?- le pregunté.

-¿No debería yo preguntar eso?- me dijo burlándose un poco.

-Perdón, es que ni yo sé que sucedió- le di una sonrisa y un beso en la mejilla.

-El doctor dijo que es bastante normal los mareos en esta etapa del embarazo- dijo comenzando con las caricias en mi cabello y espalda.

-¿Qué? Momo, yo no estoy embarazada- le dije bastante confundida.

El deseo de Mina (minayeon) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora