Entonces este es el final

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(CHAPTER 15)
Glitter

A Ana le dolían los brazos mientras continuaba remando por el agua del frío pantano, se sentía tan cansada y derrotada que parecía que ya los habían atrapado

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A Ana le dolían los brazos mientras continuaba remando por el agua del frío pantano, se sentía tan cansada y derrotada que parecía que ya los habían atrapado. El cielo sobre ella estaba gris y nublado, Anna estaba tan cansada que ni siquiera notó un bote blanco en la distancia hasta que se acercó.

"Woah, woah, quién, es eso..." un hombre en el bote entrecerró los ojos hacia la figura en la tabla de surf, el pánico lentamente comenzó a llenar el cuerpo de Anna mientras se giraba hacia un lado para no querer que la gente viera su rostro " ¿Ana Cameron?"

"Ana, ¿qué haces aquí?" Otra mujer preguntó

"Hola, señor y señora Landry", dijo Anna torpemente con una sonrisa forzada, su estómago se retorció y revolvió mientras la pareja casada la miraba fijamente.

"¿Qué estás haciendo aquí, cariño?" La mujer preguntó amablemente mientras Anna se sentaba en su tabla de surf.

"Oh tú sabes." Anna se rió "simplemente dando un buen paseo en mi tabla de remo".

"Toma, bebe un poco de agua". El hombre se ofreció entregándole una botella de agua.

"cariño, hay una tormenta que se dirige directamente hacia nosotros". La Sra. Landry explicó haciendo que Anna frunciera el ceño y mirara a la mujer.

"Sí, no puedes quedarte aquí".

"Qué tormenta". Anna preguntó sintiendo que su respiración se aceleraba.

"¿No sabes lo de la tormenta?" El Sr. Landry preguntó "aquí sabes qué, tómalo". El hombre le ofreció la mano la joven morena

"Rose nunca me perdonaría si te dejáramos aquí, entra, insisto". La mujer dijo con simpatía.

"¡Por favor, no le digas a Rose que me viste!" Anna rogó "por favor, te lo ruego".

"Cariño, súbete al bote, está bien". La Sra. Landry dijo en voz baja que las otras voces comenzaron a apilarse una encima de la otra rogándole a la niña que subiera al bote cuando Anna protestó varias veces.

Anna sintió que una mano la agarraba Armand la subió lentamente al bote, Anna finalmente se rindió, suspiró mientras subía al bote.

Se sentó en uno de los asientos de cuero blanco mirando sus dedos que se habían arrugado debido a la cantidad de tiempo que estuvo en el agua.
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Anna se sentó en la gran casa de los Landry y oyó sirenas en todos los rincones, a cada minuto. Se estaba cansando de eso, era difícil estar ahí sentada sabiendo que seguían buscando a la persona equivocada.

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