Fuimos todo y nada.
Ella significó todo para mi.
Yo, en cambio, fui nada.
Y de todos los momentos que gocé a su lado,
el mejor fue cuando solté su mano porque,
ella nunca había sostenido la míaAhora mis lágrimas son agridulces son de alegría por la valentía al alejarme de la mujer que más amé.
Mi amor propio, dijo ella, no merece tu grandeza.
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Dos Almas
PoesíaNo escribo con el fin de entretener a las personas, escribo para poder expresarme sin fin alguno, dedicarle y hacerle llegar palabras a una persona que ya no está.