Prólogo.

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Willem Evans era el chico más popular en su escuela.

Y no se crean que es el capitán del equipo de fútbol, de hecho, es todo lo contrario.

Él era el presidente del club de arte.

Amaba todo tipo de arte, pero su favorito era el arte en pintura. Desde niño comenzó a dibujar y a retratar las cosas que más le gustaban, por ello, desde siempre tuvo la habilidad en sus manos. Pinta y dibuja como si fuera lo más fácil del mundo.

Además de su talento, (el cuál fascinaba a todas las chicas), era alguien de buenas notas, el favorito de hasta los profesores. Y dejando de lado su personalidad algo molesta, podría decirse que es un chico de ensueño.

Lo era...

Hasta que la conoció a ella.

Mar Berther, era quién se adentró tanto en su alma y corazón que podría decirse que ya ni siquiera se pertenecía a él mismo.

Gracias a que intencionalmente hubo algo que los enlazó y tuvieron que convivir por un tiempo.

Ella, era parte del club de música, su habilidad era el piano. A diferencia de él, no tenía tanta reputación ni tantos amigos, solo tenía a su mejor amiga Zoe, que la acompañaba desde pequeña.

No tenía notas tan buenas ni tampoco era muy buena, (por así decirlo). Era un fantasma en su escuela, y a ella le gustaba eso.

Eran personas completamente opuestas.

¿Para ella que era para él? Alguien demasiado egocéntrico y caprichoso.

¿Para él que era ella? La persona más bella que pudo llegar a conocer.

Quizá le rompería el corazón, pero a él se le hacía inevitable no pensar en ella, ¿cómo podría retenerse?

Nada se pierde por intentar.

Una historia de amor, que si no se sabe manejar, podría terminar en el fondo de un mar de pintura.

>♡<
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