Capítulo 2

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Bajo con calma cada escalón bajos sus pies, no había prisa en bajar, seguramente, los perros habrán destrozado al chico y a su esclava.

Pensar en la osadía de los dos lo enfadaba, atreverse a escapar con una de sus esclavas, imperdonable antes sus ojos, sus pasos se afirmaron contra los escalones, haciendo un terrible eco en la torre, cada paso sonaba pesado.

En la entrada de la torre se encontraba el guardía real a su espera, no pudo descifrar la mirada que obtuvo al llegar a su lado, aunque tampoco le importo mucho.

Atravesando el jardín, no logro evitar pensar en la mirada del chico hacía esa esclava, la iluminación de sus ojos y la hermosa sonrisa que tenía al mirarla, así como... Jimin lo miraba.

Tener ese tipo de recuerdos lo ponía de mal humor, especialmente ese día, no podía olvidar, todos esos recuerdos rondaban en su cabeza, cómo castigo, pero de qué, se preguntaba, que hizo para merecer tal sufrimiento, solo quiso ser feliz junto a Jimin, solo consiguio que lo arrebataran de su lado.

Decidió, que si tenía que cumplir un castigo, cometería un pecado tan grande como su castigo, haría sufrir a su pueblo tanto como el sufrió y sigue sufriendo, para poder llenar su vacío.

En el transcurso noto la ausencia de personas en el área, tal y cómo ordenó, sonrió a sus adentros, todos sabían el castigo dado para con aquellos que se atrevían a desobedecer sus órdenes.

Pronto, con Jeon a su espalda, se detuvo abruptamente, dos de sus perros estaban en el suelo, aullando de dolor, cinco de sus guardias totalmente golpeados.

Dirigió su vista al frente, lo que vió captó totalmente su atención, fascinado al ver tal escena.

El chico tenía a uno de los guardias bajo él, la cara del soldado contra el concreto, llevando una de sus manos tras su espalda, presionando con uno de sus pies su espalda, tal parecía dispuesto a quebrarla.

Aún lado de él se encontraba su esclava, protegida por el joven.

Sonrió en grande cuando el chico levanto la mirada, noto golpes en su rostro, sangre en su camisa, también las muecas de sus labios cuando la esclava tocó su espalda para protegerse.

La esclava sabía quién era Taehyung, los guardias en el suelo y los diez soldados que llegaron con el general Min sabían quién era, más el chico parecía confundido con su presencia.

Eso solo lo irritó.

Los soldados se acercaron para tomarlo pero eso solo termino con todos ellos en el suelo.

Taehyung observaba sin inmutarse ni un poco, tan sereno y distante que causaba escalofríos.

El chico reaccionó tan pronto cómo vio que intentaban tocar a su compañera.

Esa mirada en sus ojos, la determinación que tenían, era fascinante a la vista, no tenía miedo, tan dispuesto a luchar por ella, el Rey  deseaba  quebrantar esa voluntad, y lo haría.

Min dió un paso al frente, ver a sus soldados derribados lo indignaba, su orgullo como general no le permitía quedarse ahí, bien sabía que eran solo basura pero... Seis guardias de Jeon y diez soldados suyos no parecían suficientes para retener al chico, sin contar los perros casi muertos.

Hasta cierto punto le gustaba la idea de luchar contra él, Min y Jeon tienen cierta rivalidad amistosa en cuanto a combate, varias de sus peleas terminaron en empate, sin ganador, este chico de enfrente le parecía un buen rival, esperaba no defraudarse tan pronto.

— Esto te costará, has herido el orgullo de Min, chico — Jeon pareció burlarse del general— Mira que exponer así a sus soldados— Rio bajo, retando al general con la mirada.

¿Por qué no me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora