PARTE 4

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Cuando Seokjin regresó al departamento al otro día, no se tomó la molestia da saludarme o decirme palabra alguna, hizo de cuenta que yo no estaba consumiendo parte de su aire y se dirigió a nuestra habitación. Un mal presentimiento se instaló dentro de mi, rápidamente me levanté del sillón, en el que había tomado una siesta minutos antes y lo seguí. Me horrorice al ver que aventaba sus pertenencias en las maletas de viaje.

-¿Qué haces?- pregunté tratando de mantenerme calmado. Él no estaba abandonando.

-No lo ves, me voy- dijo lo obvio-, esta cosa entre nosotros no puede continuar- Seokjin ni siquiera me miraba a la cara, mientras vaciaba su parte del armario. Yo corrí a abrazarlo por la espalda con fuerza, tratando de contener las lágrimas, pero fue imposible, había lastimado demasiado a  mi esposo; había lastimado nuestro matrimonio y; me había lastimado a mi al mismo tiempo.

-No te vayas por favor, no me dejes- le rogué, sí tenía que ponerme de rodillas iba hacerlo, con tal de mantener a Seokjin conmigo. Me aparto sin ser brusco.

-Me voy a ir a un hotel por un tiempo, hasta que encuentres otro lugar donde quedarte, después de todo este departamento es mío, pero no te voy a echar como lo mereces.

Empecé a llorar más fuerte incluso, yo tenía las posibilidades de costear otro lugar, para quedarme en cualquier momento, pero hacer eso sería el fin definitivo y había considerado a este departamento también mío, porque había vivido mucho tiempo en él, pasaba más tiempo aquí, que mi esposo. El color de las paredes las había escogido yo, al igual que el tapiz o la mayoría de los muebles y decoraciones, era mi hogar. No había otro lugar al que pudiera llamar hogar, menos uno donde no estuviera Kim SeokJin.

-Pegame- le pedí a Seokjin, como una medida desesperada para solucionar la situación, sin con eso podía perdóname,  pero no lo hizo, me empujó horrorizado, no creyendo que yo fuera capaz de decirle eso.

-¿Te has vuelto loco?- me preguntó bastante molesto, pasando sus manos por su cabello en signo de frustración.

-No me importa si me pegas, puedes hacerlo desquitate conmigo, pero no me dejes Seokjin, moriré sin ti- en mis palabras no había ninguna pizca de mentira.

-Eso lo hubieras pensado antes de engañarme.

En los ojos de seokjin, se podía notar el coraje y la furia que sentía por mi culpa. Nunca en mi vida había sentido algo como aquello, no de Seokjin. Pero sin importarme nada yo estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que no me dejará.

Dioses del infierno, no mentía cuando le dije que moriría. Sin Seokjin no tendría ganas de seguir adelante, bien, por mí que se joda el mundo, yo amaba a ese hombre y sin él me mataría, estaba seguro de que lo haría entonces se lo dije:

-Me voy a matar si me dejas - apenas termine la oración, seokjin me golpeó en la cara, tan fuerte como para hacerme tambalear.

-No trates de chantajearme- me Advirtió-, puedes morir si quieres, pero no volveremos a estar juntos.

Entonces, él cerró su maleta y en menos de cinco minutos, el departamento estaba vacío de su presencia: sólo quedaba un ligero rastro del perfume de Seokjin.

Bien, yo se lo advertí.

Escribí una carta en una hoja de papel, donde recalque, lo mucho que lo amaba, que kim Seokjin era mi vida, mi todo, lo arrepentido que estaba por mis acciones y que si no estaba con él, preferiría la muerte al sufrimiento eterno, de no tenerlo.

Deseaba que fuera él, quien que me encontrará, quien viera por primera vez la escena y le remordiera la consciencia por haberme dejado, por no darnos otra oportunidad. A pesar de haberle rogado, a pesar de decirle una y otra vez que no viviría sin él. Me cambié con el traje que había usado en nuestra boda y me acosté en la cama, después de haberme tomado todas las pastillas que estaban en nuestro botiquín de primeros auxilios.

Lo único que lamentaba, es que no iba a poder ver la cara de Seokjin, cuando encontrara mi cuerpo, frío y putrefacto, acostado en la cama que compartimos juntos tanto tiempo.

¿Se acabó el amor? JINTAE/ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora