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5:18 am.

A esa hora ya me encontraba en pie preparándome para ir a mi primer día de trabajo; me duché, me vestí y bajé a desayunar.

Kyla aún dormía, así que le deje una nota para avisarle que ya me había ido.

Cuando acabé de desayunar, tome mi bolso y salí de la casa rumbo a la mansión de los Pestch...

¿Si estaba nerviosa? Por supuesto que no, digo... no es mi primer trabajo.

Caminé hasta el lugar siguiendo las indicaciones que me habían enviado, estuve a punto de perderme cuando vi el enorme muro blanco con un grafiti muy artístico que decía: " Las 9 bestias de Wellingforest".

Creativo, ¿No?

Me acerqué al portón de metal y toque el timbre un par de veces.

Nadie salía...

Volví a insistir y al ver que nadie salía comencé a irritarme.

¿Qué odiaba lo impuntual? Si, claramente lo odio.

Del desespero comencé a dar vueltas en círculos, las personas que pasaban se me quedaron viendo algo raro, hasta que el sonido del portón abrirse, hizo que todos se disiparan.

Me detuve y miré hacia dentro, en el portón, frente a mi, un hombre de unos sesenta años me invitaba a pasar con una brillante y ancha sonrisa.

— Perdone la demora, estaba hablando con el señor Dallas. Pase. — Caminamos por el jardín y llegamos a la entrada de la casa, no me sorprendía lo grande que era, sus padres les dejaron un gran monto de dinero. — Supongo que ya tuviste la entrevista con Hailey y que por ende, y conoces lo necesario de esta mansión — Dice mientras me guía hasta la sala. En uno de los sofás se encontraba un hombre, no muy mayor, aparentaba tener un poco más de veinte años: Dallas.

Este al vernos, sonrió de lado y extendió su mano en mi dirección, reprimí mis ganas de hacer una mueca y le sonreí, aceptando su mano.

— Toma asiento — Dijo luego de haber soltado su asquerosa mano. — Por lo que sé, tienes experiencia lavando pisos...

Su tono de burla me hizo apretar las manos en puños y tensar la mandíbula a niveles peligrosos.

— Si, exactamente... — Asentí con la cabeza y moví mi pie con frenesí.

Este chico estaba comenzando a estresarme..

— Bien.... toda tu familia es experta en eso. — Agrega, el hombre que me había acompañado hasta aquí me miró con una sonrisa, tratando de tranquilizarme.

Le devolví la sonrisa.

— Si. — Respondí secamente. Dallas me miró fijo a los ojos por un largo rato, hasta que apoyo su espalda en el respaldo del sofá y decidió levantarse.

— Pues listo, ya puedes empezar. — Dijo decidido, luego simplemente se alejó hasta perderse de mi vista.

El señor que me había recibido me miró con una sonrisa algo apenada.

— Lo lamento mucho por el señor Dallas, él suele ser algo duro con las personas que acaba de conocer. — Se disculpa el señor.

— Va, no importa,  intentaré lidiar con su mal carácter — Hice una pausa para observar todo a mi alrededor — ¿Por dónde comienzo?

— Oh, podría comenzar con las habitaciones, los jóvenes Pestch ya se encuentran desayunando. — Dice y se retira.

Me quedo ahí parada por un momento y no puedo evitar sonreír, lo logré..

Las 9 Bestias De Wellingforest. [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora