Capítulo 1. Más allá del bosque

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Las personas en ese pueblo llegan a desarrollar dones, las personas pertenecientes y que hayan nacido allí al llegar cierta edad suelen manifestar el poder que el pueblo les otorgó, por supuesto también existen casos dónde el don se manifiesta de forma tardía e incluso existe la posibilidad de no llegar a tener alguno. Por supuesto, una vez conocido el poder del pueblo algunas personas decidieron vivir allí para que sus hijos llegasen a tenerlos aunque no suelen tener poderes realmente grandes.

Kenta Yumiya aún no había manifestado aquel poder por el que estaba tan ansioso, era bien sabido que pasado aquel bosque había una academia dedicada a ayudar a que las personas que desarrollaron algún don sean capaces de controlarlo y que les beneficie. ¡El no quería ser el primero en no tener un don!

El chico de cabellos verde tomo aire, miro el espeso bosque y se armó de valor para llegar al lugar de sus sueños que esperaba más allá del bosque. Repaso todo en su mente: Había dejado la nota avisando, tenía comida, agua, un encendedor y algunas cosas para lograr acampar. Miro su celular. Si no sé apuraba la noche lo atraparía desprevenido. Avanzó en la espesura por aquel sendero de tierra poco definido, quizá debió haber embarcado a la aventura el día en que todos los niños que hubiesen manifestado su poder fuesen camino a aquella academia. Podía sentir la mirada de los animales que habitaban el lugar, oír como el viento movía las hojas de los árboles, y ver cómo conforme pasaban los minutos el sol empezaba a ocultarse.

— Lo mejor será armar el campamento ya.

Hablo para si mismo el joven mientras comenzaba a hacer lo planeado, recolectó algo de madera e hizo una pequeña fogata para mantener el calor antes de irse a dormir. La flama danzaba en la madera mientras quemaba todo con su toque, y así mismo Kenta quedaba absorto en sus pensamientos, cuestionando la razón de sus acciones y la impulsividad con las que la realizó. Al menos hasta que oyó ruidos lo suficientemente capaces de inquietarle. Un arbusto se movió, tomo su cuchillo en caso de que tuviera que defenderse, y salió.

Era una gatita quien como si lo estuviera juzgando se le acercó, paso entre sus piernas y le miró.

— Solo eres tú —Acerco su mano al felino quien no se negó al tacto.

Entonces, en un pestañeo, unos ojos verdes le miraban cautelosamente, tan cerca que podía sentir la respiración de aquella chica.

— ¿Quien eres?

— E-eh Kenta, Kenta Yumiya — Respondió rápidamente con voz temblorosa.

— ¿Que haces aquí?

— Quiero llegar a la Academia.

— Falta una semana para que vengan —La chica tocó el mentón de el con su uña, Kenta pensó que estaban tan afiladas como cuchillas y un escalofrío le recorrió.

— Lo sé, quería venir a preguntar algo.

— Pudiste haber mandado una carta.

— Y-yo..

La respuesta fue interrumpida por el llamado de alguien más.

— Hanae ¿Haber estás ahí? —Una voz dulce se hizo notar y Kenta se relajo, sonaba más amable que la chica que le interrogaba.

Entonces apareció frente a el, una chica con un vestido rosa, un cabello beige largo y ondulado con unos ojos de igual color, quien bajaba de una liana.

— Hanae, Tsukino me mandó a buscarte.

Hanae se alejo de él, y se acercó a la recién llegada, con la gata siguiéndole de cerca. Kenta no sabía que hacer, solo se quedó oyendo como hablaban.

— ¿Que haces aquí? —Le cuestiono la de ojos verdes a la otra jóven.

— Ya te lo he dicho, he venido a buscarte

— ¿Por?

— A petición de Tsukino.

— Tsukino es capaz de ver el futuro en este momento, no creo que genuinamente este preocupada por mi ya que no hay peligro alguno, más que este intruso.

En ese momento, la joven de vestido rosa se percató de la presencia de aquel joven, y se le acercó.

— Oh, disculpa mi falta de cortesía, mi nombre es Sophie Kimura, ¿Necesitas algo? Lamento informarte que todavía no es tiempo de que vengan los nuevos.

Kenta negó rápidamente algo sonrojado ante tal amabilidad.

— No, ha Sido intencional, quería, quería ir a preguntar algo y... —El joven volvió a mirar a la muchacha, quien está vez mostraba una expresión preocupada— ¿Ocurre algo?

— Oh, Nono, ¿Podrías tener un farol? Los árboles y otras plantas están demostrando preocupación ante un posible incendio.

Algo confundido procedió a apagar el fuego.

— Así que, ¿Has venido a consultar algo?

— eh sí...

— Entonces empaca tus cosas, te llevaré allá.

— ¡¿LO LLEVARÁS?! —Hanae exclamó, la chica que no había intervenido en ningún momento al fin habló, Sophie asintió.

— Sería muy malo por parte nuestra no hacerlo, mucho más dejarlo aquí afuera.

— Bueno si lo ves así..

— Está decidido, Empaca tus cosas, te llevaré a dónde deseas ir.

Kenta algo nervioso asintió y algo desorientado empezó a empacar sus cosas ayudado de Hanae y su gata. Mientras ordenaba sus cosas su vista se fue a la chica que parecía estar hablando con aquellos árboles, aunque no era capaz de comprender que decía.

— Es su dialecto, el de las plantas o algo así, no vas a entender que dice, tampoco oír que le responden a no ser que realmente te detengas e intentes agudizar tu oído —Hanae le respondió mientras le entregaba finalmente el farol con el que vería.

Sophie se giro a ellos— ¿listos? —Asintieron— Muy bien, vengan.

Los tres se acercaron, y sintieron como el suelo bajo sus pies subía, Kenta miro maravillado.

— ¿Hacia donde? —Pregunto una de las hijas de la familia Kimura.

— Continúa hacia el frente.

Le contesto Hanae, cuyos ojos verdes brillaban intensamente en aquella oscuridad. Kenta realmente podía sentir que ellas eran personas extraordinarias.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2022 ⏰

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