Propiedad de los Weasley

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Los años pasaban y los mellizos Malfoy crecían, eran unos niños muy inteligentes a tan solo casi 6 años Aurora ya sabía escribir palabras cortas como su nombre, mamá, papá y el nombre de su hermano, Draco ya tenía una buena cabeza para resolver problemas en su libro favorito.

Ambos niños eran unas joyas a los 8 los dos ya tenían un lenguaje extenso, portaban la elegancia que solo un Malfoy sabía sobrellevar.

A diferencia de Draco; Aurora le encantaba leer libros muggles, como así también le encantaba tocar el piano, la niña había marcado cada tecla con un color simbolizando su nota, para ella era muy simple, parecía que el piano estuviera destinado a qué ella lo tocará.

Sus padres amaban escucharla era como si los mismos angeles estuvieran tocando una dulce melodía, y es que Aurora se parecía mucho a un ángel, su suave pero ondoso cabello caía como cascada hasta por la mitad de su espalda, su mandíbula suave y sus ojos  platiados daban paz a quien los miraban, sus manos recorrían las teclas del instrumento liberando una dulce melodía, una melodía suave, única y delicada como ella.

Sus padres estaban con seguridad que ella no sería de Slytherin, a pesar que era astuta la chica no era para esa casa, apostaban más para la casa de los tejónes esa le iba de maravilla.

A los diez años, los mellizos eran todo un caso, el rubio escuchaba hablar a su hermana de sus libros, aportando su opinión a pesar que algunos le gustaba siempre decía «estos muggles» o «no se para que lees esas cosas» para después reírse juntos.

Ambos eran juguetones, Aurora más que Draco, siempre andaban de broma en broma. La primer magia accidental de el rubio fue a los 5 años donde enojado por el hecho de que no podía jugar con su hermana, sacudió y levito todo a su alrededor. Mientras que el de la chica fue meses después de cumplir 5 cuando su papá la había retado por tirarle comida a la cara jugando y de sus manos salieron polvos y gases de colores dispersandose por todo el lugar dejando a su padre con su cabello pintado con los colores del arcoiris.

Su nombre le iba a la perfección con su primera magia accidental ya que se había formado en el comedor una aurora.
A los 7 la niña rubia se encontraba en el jardín donde vio una planta seca, es que, Aurora amaba las plantas, la chica se acercó hasta la planta seca ya marchitandose, toco una de sus hojas con la yema de sus dedos y la planta se levantó en todo su resplandor.

Ya con 11 años y las cartas de Hogwarts cerca de llegar, Aurora decidió ir a Beauxbatons los primeros años, ella era curiosa y ya le habían hablado mucho del colegio.

Sus padres aceptaron con la condición de que les escribiera dos veces por semana y que estudiara bastante.